El edificio
El Museo Cerralbo se encuentra ubicado en la calle Ventura Rodríguez, 17 en el barrio de Argüelles. Era este el barrio de la aristocracia y la burguesía madrileña. El edificio fue el palacio-residencia del marqués de Cerralbo en el siglo XIX. De hecho el edificio se terminó de construir en 1893.
Tiene cuatro plantas: sótano, entresuelo, principal y buhardillas y un jardín. El palacio inicialmente no se concibió como un museo. En 1922 el marqués estableció por legado testamentario que se constituyera el Museo Cerralbo. Ya en época del marqués los círculos intelectuales del momento se referían a los salones del piso principal o piso noble y a las colecciones allí reunidas como «Museo«.
La planta entresuelo estaba dedicada a las habitaciones particulares, el sótano y las buhardillas a cocina, despensa, cocheras y habitaciones del servicio doméstico, mientras que el piso principal o noble estaba destinado a recibir a los invitados mostrando todos los objetos que el marqués había ido reuniendo a lo largo de su vida.
A finales del 2010 y tras cuatro años de rehabilitación, el museo volvió a abrir sus puertas al público. Se han querido recuperar los ambientes originales de las diferentes estancias basándose en la documentación disponible. El marqués donó su patrimonio a la nación española con la condición de que se creara una fundación que velara para que las colecciones permaneciesen reunidas en su palacio, aparte de otras actividades como la realización de actividades culturales y educativas.
Gracias al primer director del centro, Juan Cabré Aguiló, se realizó un profuso inventario de manera que se ha podido reproducir la colocación original de los diferentes objetos en la planta noble. La directora del centro hasta mayo 2021, Lurdes Vaquero Argüelles, ha puesto gran empeño en que se consiguiera mantener el ambiente que tuvo en vida del marqués de Cerralbo.
Escalera de honor
Esta escalera es lo primero que veían los invitados al palacio del marqués de Cerralbo. Su acceso se podía realizar con carruaje. Dos tramos de escaleras llevan a la primer planta o entresuelo donde se encontraban las habitaciones privadas, reservadas a la familia y a aquellos amigos más íntimos.
La planta superior, planta noble o principal, estaba destinada a las visitas de índole más oficial o social. Refleja claramente la mentalidad del siglo XIX, donde todo los espacios han de estar ocupados por algún objeto y donde es primordial impresionar al invitado.
Este primer espacio del palacio refleja, de cara a los invitados, la idea de grandeza y suntuosidad: el mármol y el nogal utilizados en la escalera y las paredes y el estuco marmolizado.
A ambos lados de la entrada podemos ver dos cuadros que hacen referencia al pasado de la casa Cerralbo. El de la izquierda nos muestra al primer conde de Alcudia derrotando a la armada holandesa en el 1635. A la derecha el segundo marqués de Cerralbo defiende La Coruña en 1592 frente al pirata inglés Drake.
En lo alto de la escalera un inmenso escudo heráldico del marqués y su esposa impresiona al visitante. A los lados tapices heráldicos del siglo XVII realizados en Pastrana y Bruselas.
Entresuelo
Ala de verano
Esta zona del palacio incluye una serie de estancias más frescas situadas en torno al jardín. El suelo es de mármol.
Salón Rojo
Aquí es donde el marques recibía a sus proveedores y clientes, es decir, a aquellas personas que no tenían por qué pasar a las zonas privadas o sociales de la casa. Podemos ver un cuadro de Eugenio Lucas, seguidor de Goya y algunas fotografías familiares de los marqueses. No olvidemos la importante colección de fotografías del marqués de Cerralbo, parte de la cual podremos ir viendo a lo largo del recorrido.
Una muestra de su interés por las novedades tecnológicas es un teléfono interior (hacia 1900).
Salón amarillo o comedor de verano y sala de estar
En las paredes el papel pintado original que sustituye a los entelados anteriores. Podemos ver dos obras de Vicente López una de ellas un retrato del 16º marqués de Cerralbo, José de Aguilera y Contreras, abuelo del dueño del palacio, cuadro también atribuído al hijo del pintor, Bernardo.
Salita rosa
Es una recreación de los gabinetes femeninos donde las amigas de la casa se reunían para charlar. El mobiliario es un legado de la marquesa de Villahuerta, la hijastra del marqués, Amelia que murió cinco años después que él. En el escritorio podemos ver la letra inicial de su nombre.
Dormitorio
Se trata del dormitorio del marqués. Es una sala austera, aunque amplía, con pocos adornos. Vemos uno de los primeros relojes-despertador de su época. El marqués murió sentado en el sillón que se encuentra en el centro de la sala.
Pasillo
El pasillo muestra una serie de recuerdos de las tendencias carlistas del propietario del palacio. Fotos dedicadas del pretendiente al trono, collages alusivos…. Estas fotografías no estaban originalmente en esta zona, ya que pertenecían a la colección particular del marqués.
Ala de invierno
Salón de confianza
Sería este el salón de recibir de diario. Presenta ya algunas importantes piezas de porcelana de Meissen. En el centro vemos cuatro jarrones que se denominan «de los cuatro elementos», aunque realmente sólo se encuentran representados el agua y el aire. Parece ser que realmente no forman un conjunto.
En el techo una lámpara de cristal de Murano galardonada con la primera medalla de la I Exposición General celebrada en Turín en 1884.
En una de las paredes el retrato de la hermana del marqués de Carralbo, Matilde de Aguilera y Gamboa realizado por Federico Madrazo.
Comedor y salita
Se trata de un precioso comedor o salita. Como era costumbre, en los comedores los cuadros suelen representar bodegones.
En el centro una lámpara de bronce.
Las piezas de plata fueron realizadas por el famoso platero Antonio Martínez. En una de las virtinas podemos ver unos curiosos menús realizados en piezas de porcelana.
Piso Noble
El piso noble estaba dedicado exclusivamente a la recepción de invitados y, por tanto, a mostrar las riquezas de la familia.
Armería
Es la primera gran sala que se abre al invitado. Muestra unas 400 piezas de armería, queriendo recordar el glorioso linaje del marqués de Cerralbo. Destaca una armadura de caballo, una silla de manos del siglo XVIII y una celada del primer duque de Saboya que este utilizó en la Batalla de San Quintín. Era esta una de las piezas mas apreciadas por el marqués. De hecho, en un retrato suyo que podremos ver más adelante se distingue esta celada en el retrato.
Todas las piezas se encuentran dispuestas siguiendo montajes del marqués. Por suerte hay suficiente documentación al respecto para saber dónde iba cada pieza. En ocasiones mezcla piezas de valor con otras que no lo tienen pero que le sirven para causar el efecto deseado. Por ejemplo mezcla obras del barroco madrileño con otras de estilo renacentista.
Baño
Al encontrarse el baño en el piso dedicado a las visitas queda claro que su utilidad era escasa. Servía, sin embargo, para mostrar las innovaciones que tenía el barrio: luz eléctrica y agua corriente.
Sala árabe
Típica sala del siglo XIX que muestra el gusto por lo exótico y oriental. La primera de este estilo es la que encontramos en el Palacio Real de Aranjuez que data de 1875 que influiría en todas las demás. Aquí encontramos dos armaduras de samurais, instrumentos musicales de Oceanía, Filipinas, Africa. La mayoría de estos objetos eran adquiridos por el marqués de Cerralbo en casas de subastas.
Esta sala estaba dedicada a los caballeros que se retiraban a ella a charlar y a fumar. De hecho encontramos también objetos utilizados para fumar opio, aunque no consta que el marqués se dedicara a este vicio.
Sala de las columnitas
Llamada así por las columnas que decoran la mesa central de la estancia. Desde el punto de vista decorativo sigue el modelo de los gabinetes barrocos, dedicado también a reuniones masculinas. Las columnas tienen en la parte superior figuras griegas, egipcias y romanas. Aunque son compradas muestran el interés del marqués por la arqueología.
En las paredes cuadros de temática religiosa.
Al lado de esta habitación encontramos un pasillo que muestra parte de la colección de dibujos que poseía el marqués. Se trata de copias, puesto que los originales se encuentran guardados por su delicadeza, ya que pueden ser dañados por la luz.
Salón vestuario
Otra sala dedicada al mundo masculino. Imita las salas donde los reyes se arreglaban mientras eran acompañados por los nobles. Destacan el lavabo y el armario. En el centro podemos ver un montaje realizado con espadas siguiendo las instrucciones del marqués.
Salón imperio
Esta vez vemos un salón dedicado a las mujeres. Se trata de un gabinete con espejos a imitación de los palacios franceses. La lámpara es de malaquita de los Urales. Hay piezas de porcelana de Wedgewood. En las puertas alegorías de las cuatro estaciones.
Comedor de gala
Preparado para recibir hasta 24 comensales. Al principio se seguía el protocolo francés, colocando las fuentes en el centro. Después se pasó al protocolo a la rusa, sirviendo de derecha a izquierda.
En el techo vemos lienzos encastrados en el mismo.
Son una alegoría del chocolate y otra dedicada al café.
Un cuadro de Snyders, «Fábula de la serpiente y los puercoespines», es una de las piezas más llamativas de esta sala. Sneyders era un colaborador de Rubens. En muchos de los cuadros de éste pintaba los animales.
La mesa del comedor está realizada con piezas del parquet del palacio de Medinaceli.
Salón de billar
Típico lugar de reunión después de la cena. La mesa de billar es de la primera mitad del siglo XIX. Se trata de una mesa de billar francés o de carambolas.
En las paredes retratos de las distintas escuelas europeas de los siglos XVI al XVIII. Entre ellos destaca el retrato de un miembro de la familia Doria realizado por Tintoretto.
Hay un depósito de agua de alabastro que permitía servirse agua fresca en cualquier momento.
Salón chaflán
Este salón ocupa la esquina de la calle Ventura Rodríguez y la de Ferraz. También tenemos aquí lienzos encolados al techo. Se trata de una alegoría de las bellas artes y la música. En las paredes cuadros dedicados a diversas temáticas costumbristas, como la jota valenciana o la hora después de la siesta.
Uno de los cuatro lienzos encolados muestra el palacio de Santa María de la Huerta, residencia de verano de los marqueses.
En el coche de caballos está Amelia, la hijastra del marqués.
Galería
La galería que rodea el salón de baile se divide en tres partes y está dedicada a la exposición de los objetos más importantes de la colección del marqués. Era un espacio que permitía a las visitas pasear tranquilamente mientras admiraban las piezas que llenan absolutamente todos los espacios posibles.
Cabe destacar las importantes lámparas repartidas a lo largo de todas las galerías.
Galería Primera o de los antepasados
Vemos un retrato de la marquesa de Cerralbo con mantilla y un misal en las manos realizado por Ricardo Balaca.
El retrato del marqués, ya mencionado antes, fue realizado por el pintor José Soriano Fort. Este y Mariano Juderías Caballero eran protegidos del marqués y ambos decoraron también el interior del palacio. El retrato muestra al marqués con el uniforme de senador del reino.
En el centro una vitrina llena de piezas llamativas.
Galería Segunda o florentina
Llamada así por su mobiliario que imita a los muebles del siglo XVII aunque fueron realizados en el siglo XIX. Destaca una escultura de Diana cazadora, la «Piedad» pintada por Alonso Cano y la «Inmaculada Concepción» de Zurbarán.
Hay también un reloj «misterioso» y cuatro jarrones que fueron del duque de Orleans.
Esta galería da paso a dos estancias.
Despacho
Aquí el marqués recibía a sus invitados más ilustres. Posee una gran chimenea con escudo heráldico y algunas de las piezas más preciadas por su dueño.
Biblioteca
Es de dos pisos y posee importantes obras de historia y arqueología. En sus expositores monedas y sellos.
Galería Tercera
Presenta una importante colección de muebles y destaca el cuadro del Greco «San Francisco en éxtasis».
Salón de baile
Es esta, evidentemente, la pieza principal del palacio. Un amplio salón con un borne (sofá) central que se quitaba en las ocasiones de baile. En la parte superior que podemos ver reflejada en los espejos centrales, se encuentra la vitrina de los músicos, desde donde interpretaban la música de baile.
En el techo una serie de pinturas alegoricas a la danza con imagenes de danzas populares, decimonónicas, orientales y hasta un retrato del marqués con casaca roja.
Destaca un gran reloj misterioso que simula el movimiento perpétuo.
Fotografías: Rafael Castañeda