Mi personaje del mes: David Martín Martín y Giorgiana Marín

Desde hace ya casi dos años David Martín Martín y su mujer, Giorgiana Marin, están al frente de la ‘Pescadería Marin‘ en Fermín Caballero, 70. Este mes vamos a conocerles un poco mejor.
MVyC: ¿Por qué elegisteis precisamente este local para abrir vuestra pescadería?
DMM: El señor que llevaba la pescadería es amigo íntimo de un tío mio; me comentó que se jubilaba, que viniera a ver la tienda, que me iba a gustar…. y aquí estamos.
Yo creo que él esperaba que alguno de sus tres hijos se quedara con el negocio y ha estado esperando hasta que ha visto que no podía ser.  Tenía mucho interés en que esto siguiera siendo una pescadería.

MVyC: ¿Vosotros pensáis que vuestros hijos seguirán con el negocio?
DMM: Se niegan en redondo.
GM: Siempre van a tener trabajo aquí, pero ya veremos. También hay que tener en cuenta que ellas van a tener más oportunidades de las que tuvimos nosotros. Precisamente el otro día estábamos comentando que David tiene tres hermanos pescaderos pero sus hijos están tomando otros caminos.

MVyC: ¿Vivís por la zona?
DMM: Si, vivimos en Peñagrande.

MVyC: ¿Tenéis otra pescadería, verdad?
DMM: Ya no la tenemos. Estaba en Argüelles. La cerramos por nuestra salud mental. Estábamos en el local de un portal y aquello era una guerra contínua con los vecinos. Parece que no les gustaba la idea de tener una pescadería abajo.
Además, aquí llevamos casi dos años y estamos vendiendo más de lo que vendíamos en la tienda de Argüelles que estaba en pleno centro del barrio. La verdad es que allí hay poca densidad de población y aquí vive mucha más gente. Hay clientes que ahora vienen a comprar aquí. He de decir que los clientes de este barrio agradecen que les traigas calidad y es algo que me enorgullece.

MVyC: ¿Siempre has sido pescadero?
DMM: Si. He intentado otras vías, pero siempre he sido pescadero. Desde los 11 años.

MVyC: ¿Por motivos familiares?
DMM: En mi familia somos pescaderos desde el año 1952 o 1953.  Mis abuelos tenían un molino en lo que es ahora el embalse del Vellón. Se lo expropiaron y mi abuelo había visto a un señor vendiendo pescado en burro. Como en aquel momento no tenía trabajo, no le pareció mala opción. Así mi abuelo fue el primero. Luego siguieron mi padre, mis tíos, mis hermanos….
Somos 9 hermanos y en una familia numerosa con los recursos limitados todos estábamos en la pescadería. Tocaba trabajar. Entonces estaba bien visto que ayudaras a tus padres. Hoy sería explotación infantil (se ríe).

MVyC: De no ser pescadero, ¿qué te hubiera gustado hacer?
DMM: Algo de dirección de obra o ebanistería.

Giorgiana Marín

MVyC: ¿Lo haces como hobby?
DMM: No tengo tiempo. Aquí estamos desde las 3 de la mañana hasta las 9 de la noche.  Cuando tienes 10 minutos te echas a dormir. El sueño nuestro es como las hipotecas, va a plazos.

MVyC: ¿Cómo es un día normal en la vida de un pescadero?
DMM: Te despiertas alrededor de las 3 y media de la mañana. Vas a Mercamadrid. Allí con todos los años que nos conocemos y el respeto que nos tenemos empieza la ‘guerra de los precios y la calidad’. Después de discutir y regatear…. pues te dan la mercancía o no. Recoges, vienes a la tienda, sacas hielo, descargas el coche, colocas los peces, limpias, colocas los carteles….. y ya vienen los clientes. Y encantados, porque al final te gusta atender al público. Es algo adictivo que te acaba enganchando.
Luego a mediodía, comes deprisa y corriendo, te echas un rato y ya vuelves por la tarde. Cuando por la noche llegas a casa, te duchas medio muerto, te duermes delante del plato…. y así toda la semana. Luego llega el sábado. La gente normalmente sale, cena por ahí…. nosotros dormimos.
GM: Dormimos alrededor de 4 horas diarias y los sábados la semana ya ‘pesa’.

Guiliana Marin y David Martín Martín

MVyC: En cuanto al consumo ¿habéis notado diferencias, se consume el mismo tipo de pescado?
DMM: No, ahora se consume otro tipo de pescado y mejor preparado. Es decir, el pescadero de hoy no es el de hace 30  o 40 años. Va todo mucho mejor preparado, más elaborado y especializado. Son pescados…… llamémosles: más ‘premium’. El boquerón tiene que ser pesca de alba y tener unos tamaños determinados. Antes había pesca de arrastre, había veinte calidades, ahora no. Las pescaderías de barrio suelen tener calidad buena o alta y los centros comerciales media-baja. Esa es la mayor diferencia que hay. El cliente de los centros comerciales suele comprar por precio, el del pequeño comercio busca calidad y un buen trato.

MVyC: Y en cuanto al tipo de pescado, ¿hay ahora algunos que antes no se compraban?
DMM: Aquí en Madrid desde hace unos años es habitual ver pargos, sargos,urtas….Hace 30 años la gente no sabías ni lo que era.

MVyC: Y ¿se venden bien estos pescados?
DMM: Si, porque la gente viaja y conoce más. Son pescados españoles de Cádiz, la urta carloteña es muy famosa. Además hoy en día con ‘youtube’ todo el mundo cocina y al que es echado para delante pues le gusta probar estas cosas nuevas.

MVyC: Y el cliente, llamémosle, clásico, ¿sigue con el pescado de siempre?
DMM: Somos animales de costumbres y cocinamos lo que conocemos. Todos acabamos consumiendo cinco o seis productos que son los que conocemos.

 

MVyC: ¿Qué pescado es el que más vendéis?
DMM: Lo que más se vende es la merluza. Es la reina por los tiempos de los tiempos. Es un pescado que resuelve un montón… a la plancha, a la romana, al horno, en salsa… Es la reina con mucha diferencia.

MVyC: ¿Y lo que menos vendéis?
DMM: Va en días, pero te diría que las truchas. Se vende generalmente cuando el pescado está muy caro. Por muy buena que sea, la trucha es un pescado simple de agua dulce, tiene poquito sabor y le tienes que poner algo de bacon o un pimiento verde, algo que le de sabor.

David en la pescadería paterna a los 19 años.

MVyC: Con la crisis actual y el incremento en los precios, ¿habéis notado que la gente compra menos?
DMM: Se nota. El cliente que antes se gastaba 50 ahora se gasta 30, el de 30 ahora compra por 20 y asi. Es lógico. Si tienes los mismo ingresos y le reduces su capacidad de gasto no queda más remedio. No podemos hacer nada.
GM: Es donde se reduce el gasto, las facturas no las puedes reducir…

MVyC: Vosotros que estáis todo el día rodeados de pescado, ¿coméis pescado?
DMM: Mucho.
GM: Todos los días a mediodía o para la cena.
DMM: Además, contrario a lo que piensa la gente, no nos llevamos lo mejor. Nos llevamos cosas buenas, porque tenemos calidad, pero son pescados que han ‘sobrado’, un gallo, dos rodajas de salmón…

MVyC: ¿Preferís el pescado a la carne?
DMM: Si, sin duda.
MVyC: Entonces estás en el negocio ideal, no?
DMM (riendo): También he hecho mis pinitos en la carnicería de un amigo.

David Martín Martín

MVyC: Giorgiana, ¿de dónde eres tu?
GM: Soy rumana. Llevo aquí ya 18 años. He trabajado en hostelería, en un bar. Durante la pandemia el dueño falleció y sus hijos no quisieron seguir con el negocio y lo traspasaron. Ya las condiciones no eran las mismas y fue cuando cogimos este local. Al principio no sabía nada del negocio, pero ya he aprendido mucho. Además al principio, David no estaba aquí conmigo. El estaba en la otra tienda y yo aquí con un empleado.

En la pescadería familiar

MVyC: ¿Y ya le has cogido el gusto a ser pescadera?
GM: Pues si. A mi siempre me ha gustado mucho la cocina y esto tiene algo que ver, ¿no? Por otro lado  trabajar de cara al público me gusta mucho.

MVyC: ¿Qué es lo más complicado a la hora de gestionar una pescadería?
DMM: Lo más difícil es tener el pescado siempre de calidad. El que tengas pescado de hoy no significa siempre que esté bien.  A veces te encuentras con pescado que es fresco, pero no vale. Nosotros no podemos dar un pescado así a nuestros clientes. Yo quiero que cuando lo coma piense ‘¡Qué bueno es esto! Hay que saber reconocer el buen pescado. Estamos además en un negocio donde los precios suben y bajan como en la Bolsa.
GM: Es complicado comprar calidad a buen precio. Claro que puedes comprar calidad a un precio alto, pero entonces no lo vendes.

MVyC: ¿Cómo calculáis lo que váis a vender?
DMM: Es complicado. Puedes tener un producto que se está vendiendo muy bien y de repente se para. Le tienes que buscar las vueltas. En los comercios pequeños verás que no hay ofertas porque los clientes piensan que entonces es un producto que está malo. Es un público que está escarmentado de ofertas y sólo quiere que le des algo bueno a buen precio.
A veces se lo puedes dar a un bar a precio de coste para el menú diario… procuras no perder, aunque a veces no hay más remedio. Por no perder no puedes vender algo que no sea de calidad a un cliente porque lo pierdes.
Hay unos contenedores especiales de reciclaje que recogen una vez a la semana y con los residuos se hace pienso o cosméticos, evidentemente con cero ingresos.

Como habéis podido comprobar llevar una pescadería no es nada fácil y es un trabajo duro que exige un gran esfuerzo. Algo que deberíamos tener en cuenta a la hora de hacer la compra. Y ahora: ¡a comprar pescado!

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