5. Felipe IV

Un rey previsible

Felipe IV nació en Valladolid en 1605 durante la época en que el duque de Lerma había propiciado que la corte se trasladara de Madrid a esta ciudad. Su educación no fue muy esmerada ya que sólo le enseñaron unos conocimientos básicos de Geografía, Historia y Matemáticas. Fue proclamado rey a los 16 años.
Parece ser que llevaba un tipo de vida completamente previsible haciendo todos los días lo mismo. Según documentos de la época era poco expresivo y carecía de voluntad.

Felipe IV por Velázquez; ©Wikipedia

Le gustaba montar a caballo, cazar, las fiestas, el teatro, la música y la pintura. Hay que reseñar que Velázquez fue su pintor de cámara y además le encargó la compra de obras de arte en otros países.
Uno de los aspectos que más conocido le han hecho (el cotilleo siempre gusta) han sido sus múltiples amantes, de todos los niveles sociales, con las que tuvo , que se sepa, entre 20 y 40 hijos bastardos. Sólo reconoció a uno: Juan José de Austria, hijo de la afamada actriz, la Calderona.

Juan José de Austria;©Wikipedia

Primer matrimonio

En 1615 contrajo matrimonio con Isabel de Borbón (1602-1644), hija del rey de Francia, Enrique IV, y de María de Medici. Tuvieron 10 hijos de los que sólo dos alcanzaron la edad adulta: María Teresa, (1638-1683) que sería reina de Francia y el heredero al trono Baltasar Carlos, (1629-1646) que, sin embargo, no llegaría a ocupar por su temprana muerte.

Isabel de Borbón por Velázquez;TWikipedia

 

Isabel fue regente en 1626. En 1635 se declaró la guerra con Francia poniendo en una difícil situación a la reina que mostró su adhesión a la causa española. En 1642 Felipe y el conde duque de Olivares partieron a la guerra en Cataluña quedando Isabel otra vez como regente. Contó con la ayuda de Luis Méndez de Haro para conseguir dinero y hombres para el conflicto.

Baltasar Carlos por Velázquez;©Wikipedia

Durante ambas regencias siempre tuvo que contar con el beneplácito del rey para la toma de decisiones.
En 1643 el conde duque de Olivares cayó en desgracia. Aunque contaba con la animadversión de la reina y del conde de Castrillo no ha sido demostrada su intervención en este suceso.
En 1644 la reina ocupó por última vez la regencia mientras Felipe IV estaba en el frente. Falleció ese mismo año.

 

María Teresa de Austria por Velázquez; ©Wikipedia

Segundo matrimonio

Tras la muerte de su primera mujer en 1644 y para asegurar la descendencia el rey no tuvo más remedio que volverse a casar ya que Baltasar Carlos había muerto en 1646.  Esta vez la elegida fue la que había sido prometida de su hijo, Mariana de Austria.

Mariana de Austria por Velázquez;©Wikipedia

Era  hija del emperador Fernando III del Sacro Imperio Romano Germánico y de la infanta María Ana de España, hija a su vez del rey Felipe III de España. Se casaron en Navalcarnero en 1649. Tuvieron 7 hijos de los que sólo sobrevivieron dos: la infanta Margarita Teresa de España, ( 1651 – 1673) que se casaría en  1666 con el emperador Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico y  el futuro rey Carlos II (1661-1700).

El conde duque de Olivares

Gracias a su mujer, Inés de Zuñiga, que era una de las damas de honor de la reina Isabel y a su tío, Baltasar de Zúñiga, ayo del príncipe Felipe, el futuro  conde duque de Olivares logró entrar en los círculos del poder. Era un valido distinto al duque de Lerma. Le interesaba sobre todo controlar el gobierno para cambiar la situación del país. Esto no fue óbice para que amasara una gran fortuna y se rodeara de personas afines a él. Quiso emprender reformas manteniendo la hegemonía española en Europa.

Condeduque de Olivares por Velçazquez;©Wikipedia

 

Una de ella era conseguir que todos los territorios participaran por igual en los gastos y con hombres a nivel militar (Unión de Armas). También quiso restaurar el prestigio y poder de la monarquía concentrando el poder en el valido.
La Unión de Armas fracasó por la oposición en los distintos territorios con la consecuencia de un mayor endeudamiento por la guerra en Flandes llevando a la bancarrota en 1627.

Luis Méndez de Haro, conde de Castrillo, por Joannes Meyssens; ©Wikipedia

Quiso Olivares también reducir las pensiones reales, que se redujeran los cargos municipales y una mayor austeridad.
1640 fue un año clave para la pérdida de poder de España. Por un lado se encontraba el país inmerso en la Guerra de los 30 Años, en guerra con Flandes, las arcas estaban vacías y se produjeron los levantamientos en Cataluña, Aragón, Portugal y Andalucía. Para Olivares fue el principio del fin. No gustaba su política centralista, las clases altas no soportaban su autoritarismo y el pueblo se enfrentaba a altos impuestos y una situación económica muy desfavorable.

Felipe IV por Velázquez; ©Wikipedia

El reinado de Felipe IV fue una constante lucha contra los enemigos. Sólo tenemos que fijarnos en los conflictos a los que se tuvo que enfrentar:

  • 1618 – 1648 – Guerra de los 30 Años
  • 1568 – 1648 – Guerra de los 80 Años o Guerra de Flandes
  • 1625 – 1630 – Conflicto con Inglaterra
  • 1631 – 1634 – Conflicto en Vizcaya
  • 1635 – 1659 – Conflicto con Francia
  • 1640 – 1652 – Conflicto en Cataluña
  • 1640 – 1668 – Conflicto con Portugal
  • 1641                    Conflicto en Andalucía
  • 1648                    Conflicto en Aragón

Guerra de los 30 Años

En el fondo del conflicto se encuentra la división religiosa, pero no hay que olvidar motivos políticos, dinásticos y económicos. Se considera esta guerra la última causada por motivos religiosos. La Unión Evangélica estaba compuesta por varios príncipes protestantes apoyados por Enrique IV de Francia y otros estados protestantes. La Liga Católica contaba con los príncipes católicos alemanes liderados por Maximiliano I de Baviera. De todas formas no se puede obviar que la zona de guerra era un aspecto muy motivador.
En 1618 el archiduque Fernando de Estiria fue elegido rey de Bohemia, Hungría y heredero del imperio. Era antiprotestante.

Fernando II; ©Wikipedia

El emperador Matías II envió unos gobernadores a Bohemia. Parece ser que unos rebeldes protestantes los tiraron por una ventana (Defenestración de Praga) por no querer aceptar la administración católica de Bohemia. A partir de este suceso los eventos se aceleraron. Se organizó un ejército incluyendo otros estados de los Habsburgo. Por su lado, el imperio contó con el apoyo militar de Baviera y España.
Muerto Matías II en 1619 le sucedió el mencionado Fernando II que había sido depuesto en Bohemia y sustituido por Federico V, príncipe del Palatinado y jefe de la Unión Protestante.

  • Fase Bohemia o palatina (1618-1623)
    • el ejército bohemio invade Hungría y amenaza a Viena que es apoyada por Polonia y España
    • un gran ejército (formado por españoles, tropas extranjeras y bávaras católicas) entran en Bohemia en 1620
    • las tropas españolas de Spinola invaden el Palatinado
    • el emperador Fernando vence en la batalla de la Montaña Blanca y aplica una política absolutista y antiprotestante
    • Felipe III muere en 1621
  • Fase danesa y sueca (1625-1635)
    • el rey Cristian IV de Dinamarca y Noruega, luterano y con intereses en el imperio, entra en la guerra atacando en 1626 la Liga Católica. Es derrotado en la Batalla de Lutter, Los católicos ocupan Mecklenburgo, Pomerania y Jutlandia.
    • Cristian IV firma la paz de Lübeck en 1629
    • entra en la liza Gustavo II de Suecia en Pomerania ayudado por financiación francesa. Gana las posesiones imperiales en el Báltico y entra en el centro y norte de Alemania. Saquea Baviera
    • los españoles retroceden ya que han tenido que enviar tropas a Holanda por la reanudación del conflicto.
    • los protestantes recuperan el Palatinado y cortan el camino español que unía Flandes con Italia
    • en Nördlingen el emperador Fernando, con apoyo español, vence a los enemigos
    • se firma la Paz de Praga en 1630
  • Fase de intervención francesa (1635-1648)
    • Francia declara la guerra a España aduciendo que España ha apresado a su aliado el duque de Tréveris y que  está pensando en invadir Francia
    • A partir de 1640 las revueltas en Portugal y Cataluña obligan a Felipe IV a diversificar el esfuerzo militar y financiero. Finalmente la presión fiscal por sufragar la guerra en Francia obliga a la firma de la paz.
    • En 1648 se firma la Paz de Westfalia y en 1658 la Paz de los Pirinéos. Trajeron consigo el debilitamiento de los Habsburgo y fortalecimiento de Francia.

    Ambrosio Spinola por Anton van Dyck; ©Wikipedia

Con la Paz de Westfalia que puso fin a la Guerra de los 30 Años, Francia consiguió Alsacia y Lorena, lo que cerraba el camino español que unía Italia con Flandes. En el tratado se reconocía la independencia de Holanda y se permitía la libertad de culto en el imperio germano de forma que sus príncipes protestantes gozarían de mayor libertad.

Rocroi, el último tercio por Augusto Ferrer Dalmau; ©Wikipedia

Tuvo dos importantes consecuencias:

  • la libertad de culto: hasta entonces las ciudades tenían que seguir el credo de su gobernante; termina la universalidad religiosa y el papado pierde su derecho a intervenir en los asuntos de los estados
  • la afirmación formal de la soberanía estatal: cada estado puede promover sus propios intereses legitimados por la razón de estado: aparece un concepto de soberanía que libraba al gobernante de  otros dominios políticos superiores (imperio, papado), de otros soberanos y de dominios inferiores (barones feudales). Esto resultaría en gobiernos centralistas, fronteras rígidas y una diplomacia interestatal formal. Al debilitarse el poder papal aumentó el poder temporal de los monarcas.

 Guerra de los 80 Años (Flandes)

El conflicto con Flandes comenzó hacia 1568 por motivos religiosos, de soberanía y comerciales. Hubo una época de tranquilidad durante 12 años gracias a la Pax Hispánica de Felipe III (1609-1621).
Tras la muerte del soberano español, el nuevo valido de Felipe IV insistió en volver a avivar el conflicto con Flandes. El rey nombró a Ambrosio de Spínola como mandatario del ejército (40.000 soldados). En 1625 cayó Breda tras 11 meses de asedio. También se recuperó Bahía (Brasil) que había caído en manos holandesas el año anterior. Sin embargo pronto la situación cambiaría.
En 1628 se produjo la Batalla de la Bahía de Matanzas (Cuba) en la que fueron capturados 16 barcos con la consiguiente pérdida de plata, buques y armamento.

La rendición de Breda por Velázquez; ©Wikipedia

En 1632 hubo un fallido intento de tomar Amberes y Bruselas.
Además entró a formar parte de las acciones antiespañolas el cardenal Richelieu que financió la guerra contra España y consiguió que Francia participara activamente en la Guerra de los 30 Años, lo que dificultó la defensa española implicada ya en la Guerra de Flandes y que, además, tenía que defenderse de los ataques piratas en el Caribe y Atlántico.
Los holandeses recuperaron Breda en 1637. A partir de ese momento comenzó el declive de la hegemonía española que sufrió una derrota en Las Dunas (conflicto España-Holanda) en 1639 y en Rocroi en 1643.

Conflicto con Inglaterra

Desde 1618 hubo una época de paz con Inglaterra, sobre todo por la necesidad de dedicar todos los esfuerzos a la Guerra de los 30 Años.
Con la subida al trono de Carlos I de Inglaterra se reiniciaron las hostilidades. Apoyó a Breda contra los españoles junto a los daneses del ataque de Spinola (1625) y el mismo año fue derrotado en su ataque a Cádiz.

Carlos I de Inglaterra por Anthony van Dyck; ©Wikipedia

En 1630 se firmó el Tratado de Madrid con el con el consiguiente cese de hostilidades que duró hasta 1655.

Conflictos internos

Cataluña (1640 – 1652)

Lo que empezó en Cataluña con la revuelta de los segadores contra los tercios, hartos de sus desmanes, llevaría en 1641 al nombramiento de Luis XIII, rey de  Francia, como conde de Barcelona. Cataluña estaría 12 años bajo control francés hasta que un ejército al mando de Juan José de Austria rindió Barcelona. Fue nombrado nuevo virrey, se dió una amnistía general y se respetaron los fueros catalanes.

El Corpus de Sang por Hermenegildo Miralles; ©Wikipedia
Paz de los PirinEos (1659)

La Paz de los Pirineos fue firmada en la Isla de los Faisanes. Se fijó la frontera natural, los Pirineos, entre España y Francia. Las negociaciones fueron llevadas a cabo por Luis de Haro y el cardenal Mazarino.
Se decidió también la alianza entre ambos países con la boda de María Teresa, hija de Felipe IV, y Luis XIV. Aquí está el germen de la posterior venida de los Borbones a España.

Entrevista entre Luis XIV y Felipe IV en la isla de los Faisanes por Jacques Laumosnier; ©Wikipedia
Portugal (1640 – 1668)

También Portugal se había visto afectada por unos mayores impuestos. Sus colonias sufrían ataques por parte de los holandeses, pero España estaba concentrada en la guerra con Francia y las revueltas catalanas. Ante la debilidad militar de España, Portugal logró el reconocimiento de su independencia en 1668.

Vizcaya (1631 – 1634)

La corona tenía que mantener el ejercito por lo que en 1632 se elevó el precio de la sal (más de un 40%) y se ordenaba la requisa de aquella almacenada. La sal sólo podría ser vendida por la Real Hacienda.
Esto iba en contra de los privilegios del Señorío de Vizcaya y su exención fiscal. Llevó a la Rebelión de la Sal que duró hasta 1634 siendo sus cabecillas ejecutados. El rey perdonó a los demás rebeldes y se suspendió la orden referente al precio de la sal.

Andalucía (1641)

El duque de Medina Sidonia estaba al mando de un ejército que debía derrocar a Juan II de Portugal. Pero, casualmente, la hermana del duque era la mujer del rey de Portugal, por lo que el duque no estaba muy motivado para acometer dicha tarea. Además la situación económica del duque no era boyante y una hermana reina siempre podía ser una ayuda gratificante asi que quiso independizarse. Pero esta pretensión de ‘independencia’ andaluza trajo consigo el destierro de Medina Sidonia y una multa.

Aragón (1648)

Vistos los ejemplos de Cataluña, Portugal y Andalucía y el clima general de crísis, el duque de Hijar pretendió coronarse rey de Aragón. La conspiración fue descubierta y el duque ejecutado.

Estatua de Felipe IV en la Plaza de Oriente; © LDiehl

Tras todos estos avatares, a los que hay que añadir la devaluación de la moneda y el desplome del comercio transatlántico, trajeron consigo la pérdida de poder de Olivares. En 1643 Felipe IV permitió al conde duque retirarse a sus tierras donde fallecería poco después. Parece ser que para  que el conde duque partiera, Felipe IV se vió ‘ayudado’ por su esposa Mariana de Austria y Sor María de Jesús, abadesa de Ágreda con la que el rey mantuvo una larga relación epistolar (más de 600 cartas en 20 años). La reina, por su parte, alentó a Felipe IV a que reinara por si mismo y se implicó más en la toma de decisiones contando con la colaboración de mencionada Sor María de Jesús y también con Luis de Haro (sobrino de Olivares), persona discreta que buscó la paz más honrosa para poder dedicar los recursos de la guerra a resolver problemas internos.

Felipe IV a caballo por Velázquez; ©Wikipedia

Felipe IV murió en 1665, probablemente de disentería, tras notables sufrimientos. Está enterrado en El Escorial.
Fue un gran mecenas de las artes. Tuvo la mayor colección de pinturas de su época. Gracias a él podemos contemplar hoy en día muchos de los cuadros de su colección en el Museo del Prado.

Fuentes:
Elliot, John: El conde-duque de Olivares; Editorial Plantea, 2014
Agustí Sierra, Fernando: Felipe III y Felipe IV, el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares : Austrias frente a validos
García Verdejo, Eloisa: Apuntes clase de Historia

 

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