Estado de alerta: Día 52

Buenas tardes. Como os conté ayer hoy tocaba Correos. Y así fue: me levanté temprano y a las 08:30 estaba allí, justo cuando abrían. Tenía ya a unas 12 personas delante. Iban entrando de uno en uno. Tuve que estar en la cola media hora. Dentro unos 30 segundos. Un sinsentido. Esperando habia dos que sólo querían echar unas cartas al buzón. Pero ¿qué es lo que no hay? Pues eso, un buzón. Al final uno entró y pudieron dejar las cartas en el mostrador. De verdad que como sigan así… lo tienen crudo. Se ve que no hay personas con un poco de sentido común y capacidad organizativa en Correos, porque hasta lo más fácil te lo ponen difícil. Desde luego, a mi ya me han visto.
Por la calle vi a un montón de ‘deportistas’, bueno, parecían serlo más que nada por el vestuario. Las tiendas de deportes se han debido forrar este mes vendiendo ropa y aparatos deportivos. A ver si les dura el entusiasmo.
¿Qué vaís a hacer si mañana no alargan el estado de alarma? Yo seguiré igual, por si las moscas. No pienso hacer vida normal hasta que  sea posible y hayamos bajado la tasa de contagios y muertes, porque vale que son menos, pero siguen siendo.
Lo que me apetece un montón es ir a los museos con acceso restringido, aunque haya que esperar hasta octubre. Ir al Prado sin esas multitudes debe ser un placer. Uno de los museos en el que más veces he estado es el del Romanticismo. Me encanta. Además hay tantos cachibaches que ver…. En una de las salas hay una mesa que está hecha con una lápida de cementerio. La verdad es que reciclaban todo. En el Cerralbo, la mesa del comedor, que es larguísima, está hecha con lo que era la madera del suelo del palacio de Medinaceli. Y  para los respaldos de las sillas usaron los barrotes de la escalera del mismo palacio. Está claro que el reclicaje no es nada nuevo. Es lo mismo que con la ropa, antes , si tenías un vestido, después de un tiempo se convertía en falda o blusa. Hoy eso sería casi imposible, porque muchos no sabemos coser y, además, para poder hacerlo la tela debe ser de buena calidad y nos hemos acostumbrado a comprar cosas que nos duran unos meses y luego, para trapos. ¡Que rabia me da cuando planchas y las costuras de las camisetas no casan ni para atrás!
El otro día os dije que os iba a enseñar mis nuevas manualidades. No lo he podido hacer antes porque estaba esperando las pinturas que me hacían falta. Pero ya está. Por un lado una bolsa para la compra y, por el otro, una botella de ‘adorno’. A ver qué os parecen. Me encanta hacer estas cosas. Son muy entretenidas y encima haces algo útil (por lo menos con las bolsas).
Ya tengo otras tres botellas esperándome. A ver si me pongo a ello.
Hoy en los minutos musicales tenemos un clásico, un escándalo (por favor, no dejeís de leer la letra porque es pura poesía…. ja,ja, se esforzaron que no veas), y ahora lo más opuesto.
Hasta mañana.

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