Este año se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Julio Romero de Torres y el Museo Thyssen-Bornemisza presenta con ocasión de este aniversario una de sus obras más emblemáticas: ‘La Chiquita Piconera‘.
La presentación tuvo lugar hace unos días contando con el alcalde de Córdoba, José María Bellido, Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza y Guillermo Solana, director artístico del mismo.
En esta ocasión la obra expuesta pertenece al Museo Julio Romero de Torres de Córdoba y se ha prestado al Museo Thyssen-Bornemisza con la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba. La obra puede verse hasta el 28 de julio de 2024.
Comentó Guillermo Solana que es difícil decir algo nuevo acerca de Julio Romero de Torres, salvo quizás por parte de los expertos, ya que es tan conocido por todos los españoles. ‘Se ha caracterizado por ser el pintor más popular del siglo XX en España, creando algunos de los iconos más conocidos. ¿Quién no recuerda alguna de las coplas de la posguerra o los billetes de cien pesetas?’
Al tiempo que sus mujeres se convirtieron en símbolos españoles, esto también trajo unas consecuencias negativas e injustas para el pintor. De alguna forma se le redujo al ‘folclore’. Costó tiempo rescatarlo de ese concepto y esto comenzó en 1993 cuando la Fundación Mapfre le dedicó una exposición para recuperar su valor como pintor comisariada por Fernando Calvo Serraller. Recuperar su valor artístico fue uno de sus objetivos. Mostró su evolución a través del tiempo partiendo de un luminismo naturalista pasando al simbolismo. Se ha hablado mucho del ‘leonardismo’ de Romero de Torres y se lo debe al simbolismo y a los movimientos de finales del siglo XIX que elevaron a Leonardo da Vinci a lo más alto y crearon el mito de la Gioconda. De hecho, la ‘Chiquita Piconera‘ es una especie de Gioconda sin sonrisa. Romero de Torres recrea del simbolismo un erotismo turbado, un poco maldito, incluso cargado de tragedia.
También conecta con los años 20 y 30 y su realismo. De hecho el cuadro se ha expuesto en la sala 45 dedicada a los realismos entreguerras. Hay que situarlo también en la pintura europea de su tiempo. De hecho tuvo contactos con el movimiento surrealista, con Buñuel y Dalí en particular. Anunció Solana que en dos años habrá una exposición dedicada a Dalí y Romero de Torres tendrá un papel importante.
José María Bellido comentó que ‘La Chiquita Piconera‘ se considera una de las pinturas más emblemáticas de Romero de Torres, su testamento artístico ya que lo pintó poco antes de su fallecimiento. El cuadro es un resumen de toda la pintura del artista. En este aniversario lo que se quiere es ofrecer una visión renovada de Julio Romero de Torres que lo aleje de los clichés que le han acompañado. Su mundo de pintor es más hondo e intenso.