Hace unos días se presentó en el Museo Thyssen-Bornemisza el resultado de la restauracion del cuadro ‘La Virgen de la Humildad‘ de Fra Angelico.
A la presentacion asistieron Joaquín Arenas, Presidente para España y Portugal del Bank of America, patrocinador de esta restauración, Ubaldo Sedano, Susana Pérez y María Jofre, restauradores del museo. La presentación corrióa cargo de Guillermo Solana, director del museo.
Para Solana esta es una de las obras más relevantes del museo aunque para verla hay que ir al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) donde está depositada. Perteneció a Jorge IV de Inglaterra, a través de su hija pasó a manos de los monarcas belgas Leopoldo I y II. En 1909 fué adquirido por J.P. Morgan y en 1935 pasó a manos del padre del barón Heiny Thyssen. A pesar de la aparente armonía que domina la pintura en realidad está llena de tensiones. Primero por su tema. En su día en los catálogos del Thyssen esta obra era llamada ‘Virgn entronizada’ lo que es incorrecto. Este cuadro muestra a una Virgen diferente, es otro símbolo iconográfico que aparece en el sigo XIII debido a una percepción religiosa más cercana. Suelen estar sentadas en la tierra o en la yerba amamantando al niño. Cuando esta imagen se difunde por Itailia y cuando llega a Florencia en el quattrocento los artistas en,oblecieron y monumentalizaron la imagen. La Virgen de Fra Angelico ya no está sentada en el suelo, sino en un interior. El niño no está mamando, sino de pie, y sobre todo el paño de honor que rodea a la Virgen recompone un poco la idea de un trono. Desde el punto de vista del tipo es una especie de ‘reina de la humildad’. Tiene una clara influencia del pintor Masaccio, renovador del quattrocento florentino. Fra Angelico une este espíritu renovador con una serie de caracerísticas de la pintura bizantina , como es la mirada de la Virgen. Así esta a medio camino entre la pintura gótica y la renacentista.
Joaquin Arenas comentó que el programa de ‘Conservación del Arte’ del Bank of America está en funcionamiento desde el 2010 y es parte de un esfuerzo de contribuir con la sociedad. Todos los años se saca a concurso la posibilidad de restaurar una serie de obras. Este año se han restaurado 19. Con el Thyssen ya se han hecho dos restauraciones importantes.
Ubaldo Sedano comentó que los restauradores pueden acercarse y ahondar en las obras, escudriñándolas a través de las nuevas tecnologías, obteniendo nuevas informaciones sobre ellas. Así también el público puede conocer las obras de una forma más íntima. Los museos ofrecen muchas veces demasiada información para la capacidad de captación de las personas. Por eso es bueno traer de vez en cuando una obra concreta y mostrarla como una singularidad apoyada además por una serie de estudios. Habló de los sentimientos contradictorios que confluyen cuando una persona se enfrenta al reto de realizar una restauración. Por un lado se siente una cierta euforia por poder enfrentarse a una obra maestra y, por otro lado, subyace la admiración por el artista y el temor a profanar esa información que nos ha legado y el reto a llevar a cabo el trabajo.
Susana Pérez comento que el trabajo de restauración ha durado un año. La sala en que se expone la obra invita al recogimiento como la obra misma, con una música para ayudarnos a deleitarnos de esa belleza. La música es importante en la obra en si.
Fra Angelico se ocupó de conservar su obra desde el principio. Desde el soporte hasta el procedimiento pictórico en la tela cuenta con sus conocimientos técnicos para que la pintura se conserve. Primero pintaba a pincel, realizaba incisiones para después no perder la referencia cuando aplicaba la capa de pintura. Aplicaba el temple de forma compleja con rayas muy finas en tonos blancos, amarillos y verdes.
Los dorados están hechos con pan de oro de un grosor considerable que aplicaba sobre una capa de arcilla roja. Remataba las carnaciones con una delgada línea roja que resaltaba el volúmen.
Finalmente María Jofre habló acerca de la importancia del marco, hecho a base de piezas de forma que parezca renacentista consiguiendo que nos centremos en la imagen.
La obra se muestra en una instalación cirular mostrando primero la trasera del cuadro obligando al visitante a rodear la obra.Hay también un laúd y un organo de mano como los que llevan los ángeles en el cuadro.
La obra podrá verse hasta el 12 de diciembre de 2023. Los lunes de 12:00 a 16:00 horas (entrada gratuita) y de martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas con la entrada única.
Fotografías: ©Museo Thyssen-Bornemisza