El Museo Thyssen-Bornemisza muestra hasta el 22 de mayo de 2022 la exposición ‘Hiperreal. El arte del trampantojo’. La presentación del acto contó con la presencia de Guillermo Solana, director artístico del museo, Mar Borobia, jefa de Conservación de Pintura Antigua y Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid. Se exponen mas de cien obras desde el siglo XV hasta el XXI.
Para Guillermo Solana esta muestra nos permite asomarnos a un mundo mucho más complejo de lo que imaginamos. Parte la idea del trampantojo de la pintura de bodegones. Se trata de un mundo, sobre todo, de cosas que aparecen en un desorden caótico a primera vista. Pero pronto detectamos un orden subyacente, un orden que evocan las cosas que vemos. Configuran un mundo de sensaciones que puede ser el mundo de la caza, de los objetos del fumador, del mundo de la contabilidad…. La mirada a estos cuadros tiene que ser muy lenta.
La pintura del trampantojo no nos engaña realmente. Sabemos que estamos ante un cuadro. Pero la sensación, el efecto es tan convincente que nos permite mantenernos entre la credulidad y la incredulidad. Para que una ficción se soporte, el público tiene que abandonar durante un tiempo su escepticismo crítico y dejarse llevar. Y esto es lo que pasa con estas pinturas. El trampantojo ha tenido durante tiempo la imagen de ser un arte para niños, sobre todo a medida que las pretensiones de los artistas aumentaban. Pero en el trampantojo hay algo más. Puede funcionar como una ilusión para todos, pero también puede ser el género más filosófico, porque reflexiona sobre la ficcionalidad de la pintura, sobre los límites que separan la representación y la realidad.
Mar Borobia, comisaria de la exposición dedicó unos minutos a comentar los distintos ámbitos en que se dividía la misma.
- Puesta en escena: una primera sala está dedicada al género del bodegón que ha permitido a los artistas mostrar objetos, flores o alimentos de forma totalmente realista.
A partir del siglo XVII el bodegón se consideró en Holanda como un género independiente diversificándose los temas.
- Figuras, encuadres y límites: En el Renacimientos los pintores flamencos e italianos comenzaron a utilizar en los retratos un nuevo recurso. El personaje se gira y observa al espectador tras una ventana o un muro.
La figura se representa a tamaño real y todo se muestra con gran realismo. En Holanda el siglo XVII está considerado como la edad de oro del trampantojo auspiciado por el interés que despertaba la óptica y la perspectiva. En la segunda mitad del siglo aparecieron las cortinas que tapaban parcialmente un espacio interior, un retrato, etc. teniendo que imaginar el espectador lo que no ve. - Huecos para curiosos: Muchas veces los bodegones se representaban a través de hornacinas o ventanas. También destacan las estanterías o armarios con sus libros u objetos de lo más variado y los ‘gabinetes de curiosidades’.
- Muros fingidos: tablones y paredes: uno de los objetos preferidos por muchos pintores han sido los papeles tanto sobre una mesa o pinchados en un tablón.
Aquí el pintor también muestra su habilidad en la reproducción de caligafrías y texturas. En esta sala también vemos obras dedicadas a la caza con armas, trofeos u otros utensilios del cazador.
- Desorden perfecto y el rincón del artista: en este apartado se muestran cuadros dedicados al subgénero de los ‘guardacartas’. Se muestran objetos personales del artista o de la persona que encarga el cuadro, ya sean cartas, joyas, peines, etc. Este subgénero apareció en Holanda en el siglo XVII. Son testimonios de su época mostrando objetos del gusto del momento. En ‘los rincones del artista’ vemos objetos relacionados con el pintor, a veces incluso junto a una de sus obras.
- Llamada a los sentidos: la grisalla es una técnica pictórica que utiliza un único color para provocar la sensación de volumen. Se pintan, sobre todo, esculturas mostrando su relieve. En esta sala también tenemos uno de los motivos más utilizados en los trampantodos: las flores.
- Renovación americana y su estela: vemos aquí cuadros del siglo XIX y XX de Estados Unidos mostrando objetos cotidianos. Este tipo de pintura fue muy popular en este continente cuando en Europa ya estaba en decadencia.
- Trampantojo moderno: en esta sala se presentan cuadros de distintos siglos que quieren sorprender al espectador.
Para finalizar encontramos una obra realizada expresamente para esta exposición por Isidro Blasco, ‘Tren elevado en Brooklyn’ que quiere mostrar la dualidad del género entre realidad y representación.
La exposición puede visitarse de martes de domingo de 10:00 a 19:00 horas y los sábados con horario ampliado hasta las 21:00 horas. El precio de la entrada es de 13€, la entrada reducida (mayores de 65 años, pensionistas y estudiantes) es de 9€ y de 11€ por persona para grupos de más de 7 personas.
La entrada es gratuita para menores de 18 años, ciudadanos desempleados, personas con discapacidad, familias numerosas, personal docente y personas con el Carnét Joven y Carnét Joven Europeo.
Las entradas pueden adquirirse con antelación en la web del museo.
Fotografías: Rafael Castañeda