Estado de alerta: Día 51

Hola a todos. Vamos con la historia de hoy: tengo que mandar un sobre alcochado grande a Valencia. Me conecto a Correos. Relleno todos los datos, que no son pocos. Pago. Imprimo la etiqueta. Verifico en internet que la oficina de la Vaguada está abierta (hasta las 14:30). Salgo pitando por si hay cola. Llego. Oficina cerrada. Me caldeo. Vuelvo a casa. Llamo a Correos. Espero 5 minutos. Pregunto: si ya tengo el sobre con la etiqueta y ya he pagado, ¿tengo que hacer cola? Respuesta: si. Maldigo mentalmente la organización de Correos. Aviso de que arreglen la web en lo referente a la oficina de la Vaguada. Intento cancelar el envío. Puedo hacerlo, pero para el reembolso tengo que ir a Correos a por el dinero. Alucino con el sistema. Resultado: mañana me toca hacer cola. De verdad que me parece demencial el sistema. ¿No han oído hablar de un reintegro? Y luego la gente se asombra de que uses mensajerías. En este caso me habría salido 6€ más caro, pero me habría evitado lo que me espera mañana. Ya os contaré cómo me ha ido.
He estado viendo una serie que como serie me parece más bien flojilla, pero la historia que cuenta es asombrosa. Se llama ‘Self Made’ o ‘Madam C.J. Walker, una mujer hecha a sí misma’. Es la historia de la primera mujer de color millonaria. Y eso a principios del siglo XX. Se basa en el libro que sobre ella ha escrito su bisnieta. La serie tiene 4 capítulos, asi que no cuesta mucho verla. Siempre me han gustado estas historias sobre gente que más allá de su aparentes posibilidades alcanza metas que parecen imposibles. Y la historia de esta mujer desde luego que es un ejemplo.

¿Seguimos un poco con Baviera? Os cuento. A unos 80km de Lechbruck está Augsburgo, la ciudad de la familia Fugger que tanto influyó en nuestra historia a traves de las ayudas que dió a Carlos V. La ciudad es preciosa, con una plaza central estupenda. Un buen sitio para hacer turismo.
Muy cerca de Lechbruck, a 18km, está Hopfen am See. Un pequeño pueblo, muy turístico, que tiene un lago central que se puede rodear en un agradable paseo. Son unos 6km. En la zona se puede comer un pescado muy bueno.
Como os podéis imaginar son pueblos que me encantan, con esas casas típicas llenas de flores. Y lo que no debéis dejar de hacer es ir a una panadería. Tienen tantas variedades de pan. También suelen vender tartas o bizcochos. Y, no es por nada, la repostería alemana es buenísima. Nada empalagosa y muy rica. Las cosas como son. A ver si cuando termine el rollo este del virus os animáis y os dáis una vuelta por ahí. Eso si, que os haga bueno, porque como empiece a llover… no para.

Vamos a por los minutos musicales de hoy: uno español, uno austríaco y uno americano.
Hasta mañana.

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