‘En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930’ en el Museo Thyssen Bornemisza

Se acaba de inaugurar la exposición ‘En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930‘ en el Museo Thyssen-Bornemisza que podrá visitarse hasta el 30 de abril de 2023.
Miguel Solana, director del Museo, comentó en su presentación que esta exposición ha causado una expectación excepcional tanto en medios nacionales como internacionales. También ha sido excepcional la forma en que se ha llevado a cabo. Esta odisea comenzó el pasado mes de febrero con el comienzo de la guerra en Ucrania. Pocos días después Francesca Thyssen-Bornemisza quiso saber si era posible hacer una exposición sobre la vanguardia ucraniana. El museo ya cuenta con un buen número de obras de artistas de este país que hasta ahora se encontraban dentro de lo que se conocia como vanguardia rusa o soviética.  Era como si estas obras hubieran estado esperando a recuperar su propia identidad. Aun sin presupuesto se puso en marcha el proyecto que llegó a buen puerto y fue muy bien aceptado por el Ministerio de Cultura y Deporte. La exposición va a tener una intinerancia europea. Ha sido clave la ayuda del presidente de Ucrania y del ministro de cultura ucraniano que ha permitido la salida del país de estas obras.

Oleksandr Bohomazov
Afilando las sierras, 1927
Óleo sobre lienzo.
National Art Museum of Ukraine, ©Museo Thyssen-Bornemisza

Eduardo Fernández Palomares, subsecretario de Cultura y Deporte del Ministerio de Cultura y Deporte realizó un paralelismo entre España y Ucrania. Dijo que el interés de la muestra es doble. Por un lado traza cronologicamente una línea salpicada de episodios históricos descubriendo personalidades poco conocidas y movimientos tan interesante como el neobizantinismo o el renacimiento cultural judio de Kyiv.  En segundo lugar agrupa diferentes expresiones plásticas: bodegones, retratos, figurines teatrales en diferentes soportes.

Alexandra Exter, Naturaleza muerta
Collage y óleo sobre lienzo.; ©Museo Thyssen-Bornemisza

Tanto el embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev, como Maryna Drobotiuk,  conservadora-jefe del National Art Museum de Ucrania quisieron dejar patente  que Rusia siempre quiso robar la identidad ucraniana también en el sentido cultural robando los nombres de los artistas ucranianos. Podría considerarse como un genocidio cultural. El genocidio cultural no mata pero roba la identidad cultural. Maryna Drobotiuk quiso destacar que la vanguardia ucraniana es una vanguardia independiente. El embajador comentó que era la primera vez que las pinturas vanguardistas ucranianas se exhibían fuera de su país .Terminó su intervención agradeciendo el apoyo recibido por España en el conflicto actual.

Ivan Padalka
Fotógrafo, 1927
Temple sobre papel; ©Museo Thyssen-Bornemisza

Una de las  comisarias de la exposición, Katia Denysova, comentó que con esta exposición se quería mandar un mensaje especial. Un primer objetivo era sacar las obras de Ucrania para ponerlas a salvo. Mostrarlas a nivel internacional y además, mostrar la diversidad cultural de Ucrania. La exposición se ha organizado cronológica- y temáticamente. Son obras de los primeros 30 años del siglo XX. El origen está en 1910 cuando Ucrania formaba parte del imperio ruso. En las primeras salas se muestran piezas más radicales y experimentales de artistas que estaban en Ucrania pero planteaban los ‘ismos’ internacionales integrando elementos del folclore ucraniano. También hay muchas piezas que proceden del Museo de Teatro, Música y Cine. Después pasamos a la década de 1920 en la que Ucrania ya era parte de la Unión Sociética y había una conexión entre las culturas. Las autoridades soviéticas querían fomentar este tipo de cultura , pero luego quisieron controlar la ucranización del país. Ya en 1930 aparece un estilo más dominante en la que los artistas reinterpretan los estilos europeos. También hay técnicas experimentales.
La presentación finalizo con una intervención grabada del presidente ucraniano, Volódimir Zelenski.

Oleksandr Bohomazov
Paisaje, locomotora, 1914-1915; ©Museo Thyssen-Bornemisza

El arte ucraniano de estas primeras décadas del siglo XX se desarrolló en un contexto complicado. Tenemos la Revolución rusa de 1917, la Primera Guerra Mundial en 1919, la guerra de independencia de Ucrania de 1917 a 1921 y la creacion de la Ucrania soviética. La represión estalinista contra los intelectuales llevó a la ejecución de muchos de ellos. Entre 1921 y 1933 el ‘Holodomor’, conocido también como genocidio ucraniano, mató a  casi 5 millones de ucranianos. A pesar de ello el arte siguio desarrollándose y muestra de ello son las 70 obras (pinturas, dibujos, collages, diseños teatrales) que podemos ver en esta exposición.

Viktor Palmov
El 1 de mayo, 1929
Óleo sobre lienzo; ©Museo Thyssen-Bornemisza

La exposición se ha dividido en varias secciones:

  • Cubofuturismo: los artistas ucranianos unieron elementos del cubismo francés y del futurismo italiano creando un estilo propio de gran dinamismo en la composición y formas simples. Fueron cada vez más abstractos y coloristas según el folclore y arte decorativo ucraniano.

    Wladimir Baranoff-Rossiné
    Adán y Eva, 1912
    Óleo sobre lienzo; ©Museo Thyssen-Bornemisza
  • Kultur Lige: Esta asociación se fundó en Kyiv en 1918 con el fin de promover el desarrollo de la cultura yiddish contemporánea. Se quería sintetizar la tradición artística judía con las vanguardias europeas. Fue un movimiento relevante en los años 1920, pero pronto desapareció por las presiones del régimen soviético.

    El Lissitzky
    Composición, 1918-década de 1920; ©Museo Thyssen-Bornemisza
  • Diseño teatral: Durante los primeros veinte años del siglo pasado Ucrania fue centro de experimentación teatral. Se introdujo un repertorio europeo moderno y se incorporó como escenógrafos a artistas progresistas.

    Vadym Meller
    Boceto para la coreografía
    “Máscaras” para la escuela de
    movimiento de Bronislava Nijinska,
    Kyiv, 1919; ©Museo Thyssen-Bornemisza
  • Járkiv: También conocida con el nombre ruso de Járkov esta ciudad se convirtió en la capital de la República Socialista Soviética de Ucrania tras la guerra de independencia de 1917 a 1921 en que los ucranianos fueron derrotados por los rusos. Jákiv se convirtió en un centro artíctico y cultural para difundir la nueva identidad ucrano-soviética.

    Anatol Petrytskyi,
    Retrato de Mykhailo Semenko
    Acuarela, lápiz y tinta sobre papel; ©Museo Thyssen-Bornemisza
  • Boichukistas: Mykhailo Boichuk viajó por Europa y a finales de 1917 abrió un taller de pintura al fresco, al temple y de mosaicos, Para él el arte era un patrimonio artístico nacional y sintetizó el arte popular bizantino, los frescos italianos prerrenacentistas y el arte popular ucraniano. Sus alumnos fueron conocidos como boichukistas y realizaron muchos encargos estatales,. Después se les consideró nacionalistas burgueses y fueron ejecutados como el mismo Boichuk.

    Mykhailo Boichuk
    Lechera, 1922-1923; ©Museo Thyssen-Bornemisza
  • El Instituto de Arte de Kyiv: Fue el principal impulsor de las artes visuales en las décadas de 1920 y 1930, siempre desde el punto de vista ideológico del régimen soviético.

    Kazymyr Malevych
    (Boceto de la pintura para la sala de conferencias
    de la Academia de las Ciencias, Kyiv)
    Pastel y gouache sobre papel; ©Museo Thyssen-Bornemisza
  • La última generacion: La mayoría graduados del Instituto de Arte de Kyiv estaban fascinados por los movimientos internacionales de la Nueva Objetividad y del Novecento italiano, pero en 1932 se introdujo el realismo socialista como único estilo artístico oficial soviético valorando las cualidades propagandístics por encima de la experimentación.

    Kostiantyn Yeleva
    (Retrato)
    Óleo sobre lienzo; ©Museo Thyssen-Bornemisza

La exposición puede visitarse los lunes de forma gratuita de 12:00 a 16;00 horas; de martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas con  la entrada general.

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