La Infanta Paz de Borbón

La infanta Paz nació el veintitrés de junio de 1862 en el Palacio Real. De los diez hijos que tuvo su madre, Isabel II, Paz sería la octava, pero la cuarta que sobreviviría más de dos años.

Tres infantas del mismo padre

Tanto Paz, como su hermana Pilar, un año mayor que ella, y Eulalia, nacida en 1864 se cree que fueron hijas de Miguel Tenorio. Era doce años mayor que la reina Isabel II, viudo con un hijo y había sido gobernador de varias ciudades al igual que diputado. Siempre fue un monárquico convencido y posiblemente fue el hombre que mejor supo entender a la reina de la que, parece ser, estuvo realmente enamorado.

Isabel II con sus hijas Eulalia, Paz y Pilar, ©Wikipedia

Al año de nacer Eulalia fue cesado en su cargo de secretario de la reina. Tanto O´Donnell como Narváez consideraban que tenía demasiada influencia sobre ella. Había ejercido su cargo durante siete años y tras él, ese puesto desaparecería. Fue nombrado entonces consejero de la Corona, pero antes de terminar el año fue enviado a Segovia para alejarlo definitivamente de palacio. El 1866 acompañó a la reina en sus vacaciones en Zarauz. En enero del año siguiente fue nombrado ministro plenipotenciario de España en Berlin, con lo que la distancia ya era efectiva.

De entre todos los hijos de la reina Isabel II, la infanta Paz destacó desde niña por su sencillez, afabilidad y ternura. Todos creían que su nombre identificaba plenamente su forma de ser. Le gustaba la música y la literatura. De hecho escribió frecuentemente artículos para los periódicos. Desde los trece años tenía un diario. También pintaba a la acuarela y expuso sus cuadros en varias exposiciones. Hay especialmente dos cuadros que son los más conocidos porque se reprodujeron varias veces en revistas, ‘Mi único modelo’ y el ‘Puerto de Comillas’.

Una persona clave en su vida sería siempre Josefa Angulo y Amótegui, Pepa. Se había quedado huérfana a los dieciocho años y pidió un trabajo en la corte a Isabel II, ya que su padre había trabajado para la Casa Real toda su vida. Fue la persona de confianza de la infanta Paz y la acompañó casi durante toda su vida. Cantaba muy bien y, de hecho, podría haberse dedicado a la música, pero prefirió estar con la familia real.

Exilio

Castillo de Pau

La situación en España se estaba haciendo insostenible y, finalmente, Isabel II acompañada por su familia tuvo que abandonar el país. Salieron de Madrid en tren. Al llegar a Biarritz fueron recibidos por mandatarios franceses. El emperador Napoleón III y su mujer, Eugenia de Montijo procurarían que el exilio fuera lo más llevadero posible. Durante un mes la familia real residió en el castillo de Pau, cerca de la frontera. Paz tenía en aquellos momentos siete años, Pilar ocho y Eulalia cuatro. Para ellas este viaje resultó como una aventura y su estancia en el castillo de Pau mágica, con sus historias de caballeros y del rey Enrique IV que inició la dinastía borbónica en Francia.

Napoleón III con Eugenia de Montijo y su hijo Napoleón Eugenio Luiz, ©Wikipedia

Palacio de Castilla

Posteriormente la familia real se trasladó a París, al palacio Basilewski que sería conocido como palacio Castilla. Aunque seguían contando con servicio, este se había visto muy reducido. Las infantas dejaron de recibir clases privadas, tal y como estaban acostumbradas. Ahora iban a un colegio con más niñas, al Sacre Coeur. Miguel Tenorio estuvo también en París durante varios meses, aunque volvería después a España. Tras la Restauración fue diputado del partido conservador hasta 1881.

Isabel II tenía por aquel entonces un nuevo amante, Carlos Marfori, sobrino de Narváez. Había sido gobernador de Madrid y ministro de Ultramar. Ocupó el puesto de intendente de palacio.

Ginebra

Después de dos años, en Francia se proclamó la Tercera República. Ante la problemática situación, Isabel II decidió abandonar el país. La familia se fue a Suiza y vivió en Ginebra durante un año. Paz disfrutó mucho de esta estancia ya que aprendió a patinar y vio la nieve por primera vez.

Palacio de Castilla

Posteriormente volverían a París, donde las infantas vivirían hasta que Alfonso XII fue proclamado rey de España. Quizás por ser todavía muy niña, o quizás porque la vida en la corte tampoco era muy agradable para un niño, la infanta Paz vivió feliz la época del exilio. El vivir como una familia normal le gustó y disfrutó de la libertad de movimiento que tenía.

Regreso a Madrid

Alfonso XII regresó a España en 1874. Dos años después se permitió a la reina Isabel II y a las infantas regresar también, aunque a la reina no se le permitió volver a Madrid. Las infantas fueron a vivir al palacio real con su hermano y la infanta Isabel, la Chata, hacía las funciones prácticamente de madre de ellas.

Isabel II fue a vivir a Sevilla, pero regresó a París en 1878.

Mientras tanto Paz seguía contando con su fiel Pepa que, aunque ya jubilada, seguía con ella. Las infantas siguieron con su educación, pero poco a poco tuvieron que ir incorporándose a las actividades de la corte. A pesar de estar todas muy unidas al rey, realmente sólo le veían a la hora del almuerzo.

Bodas reales

Italia

La infanta Paz vivió con preocupación la boda de su hermana mayor, la infanta Isabel, la Chata. Sabía que no se casaba enamorada, sino por motivos de estado.

Infanta Paz de Borbón

Hasta mediados del siglo XIX Italia consistía en una serie de reinos independientes con diferentes casas reales al frente. La casa de los Saboya, los únicos de origen italiano, estaba al frente del reino del Piamonte. Iniciaron una revolución para unificar el norte de Italia bajo su dominio. Poco tiempo después, otra revolución, esta vez liderada por Guiseppe Garibaldi, anexionaba el sur y la zona meridional. Así Francisco II, rey de las Dos Sicilias que pertenecía a la los Borbones perdió su reino. El resarcirle, en parte, fue uno de los motivos por los que se decidió casar a la infanta Isabel con el hermanastro del rey italiano, el conde Girgenti. El matrimonio tuvo un fin trágico, al suicidarse el conde Girgenti tres años después.

Francia

La infanta Pilar, con la que más unida estaba Paz se enamoró del príncipe Luis-Napoleón, hijo del emperador Napoleón III y Eugenia de Montijo.

Luis-Napoleón Bonaparte, ©Wikipedia

La relación marchaba bien, pero él, que era militar, murió en una batalla contra los zulúes en 1879. Dos meses después Pilar murió en el balneario de Escoriza el 5 de agosto. Causa de su muerte fue una meningitis tuberculosa. Tenía dieciocho años. Durante toda su vida la infanta Paz echó de menos a su hermana que había sido su mejor amiga.

Infanta Pilar, ©Wikipedia

España

La infanta Eulalia cedió a las presiones de su hermano el rey y se casó con su primo Antonio de Orleans, hijo de los duques de Montpensier. El matrimonio fue un fracaso total y terminó en divorcio.

Eulalia junto a su marido en Cuba en 1893, ©Wikipedia

 

Uno de sus dos hijos, Luis, era homosexual y fue rechazado por su madre y prácticamente toda su familia. Sólamente la infanta Paz lo recibía en su casa sin ningún tipo de recriminaciones y estuvo muy pendiente de él hasta su fallecimiento. Sintió muchísimo afecto por este sobrino, al que veía tan sólo y sin el apoyo de nadie.

Baviera: Un enamorado insistente

La infanta Paz ya era una joven a la que había que buscar marido. Sin embargo ella, tras la mala experiencia vivida por su hermana Isabel y el drama de su hermana Pilar, no tenía prisa por encontrar marido. Además tenía muy claro que quería casarse por amor.

En 1880 la reina Isabel recibió en París la visita de la infanta Amalia, su cuñada. Vino acompañada de sus hijos y entre ambas decidieron que una boda entre ellos sería muy provechosa. La infanta Amalia estaba casada con el príncipe Adalberto de Baviera. En otoño los príncipes llegaron a Madrid a visitar a sus primos y fueron recibidos por el rey.

Luis Fernando de Baviera se enamoró inmediatamente de la infanta Paz. Sin embargo ella tenía muchísimas dudas y no quería atarse de por vida. Durante dos años Luis Fernando mantuvo el contacto con ella, a pesar de sus respuestas frías. El no pretendió a ninguna otra mujer y, finalmente, la infanta Paz le aceptó como futuro marido.

Luis Fernando de Baviera, ©Wikipedia

Para la infanta Paz el matrimonio era indisoluble y estaba decidida a hacer feliz a su marido hasta la muerte. Solamente le pidió que de vez en cuando vinieran a España, ya que su residencia iba a estar en Baviera.

Luis Fernando de Baviera era un joven atractivo. Le gustaba leer, la música, especialmente el violín que interpretaba como un profesional. Siguió la carrera militar, pero estaba también estudiando medicina en la universidad de Munich.

Un matrimonio feliz

Una vez fijada la fecha de la boda, la infanta Paz decidió que todo el gasto que fuera a hacerse debía revertir en negocios españoles. Se casaron el 2 de abril de 1883. Tras la boda los novios partieron hacia París para visitar al padre de la novia, el rey consorte Francisco de Asís que no había asistido a la misma. También visitaron al Presidente de la República y la infanta volvió a su antiguo colegio del Sacre Coeur. Después de unos pocos días se instalaron en el castillo de Nymphenburg que sería su residencia durante los siguientes años.

Fueron un matrimonio tranquilo que disfrutaba de la vida casera que prefería a las recepciones oficiales. Aunque parece ser que la hermana de la infanta, Eulalia, le comentaba que su marido le era infiel, Paz nunca quiso hacer caso de estas habladurías y tampoco hay pruebas de ello. Lo que quedó claro en sus escritos y cartas es que se llevaban muy bien y en cuanto estaban separados se echaban de menos.

Dos meses después de la boda de la infanta, Miguel Tenorio fue nombrado embajador y ministro plenipotenciario de España y vivía en Munich. Rápidamente la infanta le propuso que fuera a vivir en un ala de su propia residencia, cosa que hizo.

Ese mismo año, Luis Fernando de Baviera terminó su carrera de medicina. Como aún no tenía consulta propia, la infanta aprovechó la circunstancia para pedirle que fueran a Madrid porque estaba embarazada y quería que su hijo naciera en la capital de España.

Infante Fernando María de Baviera y España fotografiado por Christian Franzen en 1920, ©Wikipedia

El 10 de mayo de 1884 nació su primer hijo, Fernando María. En verano volvieron a Nymphenburg y Luis Fernando comenzó a trabajar como médico.

La infanta Doña Paz y el Príncipe de Baviera por Christian Franzen, ©Wikipedia

En noviembre del año siguiente el matrimonio volvió a Madrid, pero por un motivo mucho menos agradable. Alfonso XII había muerto.

El 17 de mayo de 1886 nació el segundo hijo de la Infanta Paz, Adalberto.

Príncipe Adalberto Alfonso de Baviera,©Wikipedia

Cinco años despues nació la última hija del matrimonio, a la que pusieron Pilar en recuerdo de su tía ya fallecida.

Princesa Pilar de Baviera, TWikipedia

La pequeña Pilar no viajó a España hasta tener cumplidos los doce años. La infanta estaba muy contenta en poder enseñar a sus hijos su país.

Fernando de Baviera

Fernando, el mayor ya tenía diecinueve años y Adalberto diecisiete. Durante el viaje a España Fernando se enamoró de María Teresa, su prima e hija de Alfonso XII. Fue nombrado infante y capitán de caballería del regimiento de Pavía. María Teresa moriría tras dar a luz a su cuarto hijo, una niña, Pilar en 1912. La pequeña murió seis años después.

María Teresa de Borbón y Fernando de Baviera, con su hijo Luis Alfonso, 1909, ©Wikipedia

En 1914 Fernando decidió casarse otra vez. Su nueva prometida era Maria Luisa de Silva y Fernández de Henestrosa. Estaba a cargo de la educación de los niños. Tenía catorce años más que el. Aunque no fue una boda vista con buenos ojos, fue un matrimonio muy feliz y ella, que no tuvo descendencia propia, fue una buena madre para los hijos del primer matrimonio de Fernando.

Maria Luisa de Silva y Fernández de Henestrosa, ©Wikipedia

 

Adalberto

Adalberto fue más bohemio que su hermano. Con el tiempo escribiría un libro sobre su madre. Tras la Guerra Mundial, a finales de los años cincuenta sería nombrado por Konrad Adenauer el primer embajador de Alemania en España. Se casó con la condesa Augusta de Seefried y Buttenheim.

Príncipe Adalberto de Baviera y su esposa, Augusta de Seefried y Buttenheim, 1919, ©Wikipedia
Pilar

Pilar con el tiempo estudiaría enfermería. Nunca se casó. Sin embargo estuvo siempre enamorada de su primo Alfonso XIII. Un amor imposible. Vivió muy pendiente de su madre.

Pilar de Baviera fotografiada por Phiipp Kester, ©Wikipedia

La infanta Paz y sus múltiples actividades

Pintura

La infanta fue una impulsora constante de lo español. Todos los años se realizaban grandes exposiciones en el Glaspalast de Munich y cada tres se presentaban también obras de autores extranjeros. La infanta colaboró intensamente para que se pudiera conocer la obra de pintores españoles.

Música

Mantuvo también un estrecho contacto con músicos españoles como Sarasate y Tomás Bretón. El músico Richard Strauss compuso para ella el poema sinfónico Don Quijote de la Mancha.

Salud

Colaboró también con el hospital de los Caballeros de San Jorge y con la Asociación de Mujeres Católicas. En el hospital trabajaba como enfermera, mientras que su marido colaboraba como médico de forma gratuita, llegando incluso a pagar de su propio bolsillo los medicamentos que necesitaban los enfermos.

Educación

La infanta fundó en Munich el Spanisches Pädagogium en 1913. Una institución para niños españoles, sin medios económicos, que recibirían una educación basada en la forma de enseñanza alemana. La infanta sabía lo bueno que era el sistema de enseñanza alemán y quiso que niños españoles tuvieran la oportunidad de beneficiarse de él. Había en el colegio profesores españoles y alemanes. La enseñanza era bilingüe. Posteriormente el gobierno español le agradecería la creación de este instituto otorgándole la Gran Cruz de Alfonso XII (actualmente esta condecoración recibe el nombre de Orden de Alfonso X el Sabio). Fue la primera mujer en recibirla.

Primera Guerra Mundial

Durante la Primera Guerra Mundial el marido de Paz trabajó en el hospital militar de Munich como cirujano jefe. Su hija, Pilar era voluntaria de la Cruz Roja.

Mientras tanto, en España, que era neutral en el conflicto mundial, Alfonso XIII decidió crear una oficina de ayuda humanitaria en la que trabajaron cuarenta personas. Se pudo repatriar a unos setenta mil civiles y más de veinte mil soldados. Se inspeccionaron también más de cuatro mil campos de prisioneros. Esta oficina de ayuda se creó al margen del gobierno. Fue una iniciativa del propio rey que corrió con todos los gastos con su patrimonio personal.

En 1916 murió Miguel Tenorio, siempre tan cercano a la infanta Paz. Había hecho testamento años antes y la dejó como heredera universal de sus bienes que, en su mayoría, consistían en objetos personales.

La época de la Guerra Mundial fue muy dura para la familia de la infanta Paz. Como alemanes sufrieron la mismas penurias que el resto del país. A pesar de ello su hijo Adalberto logró sobrevivir a las luchas en el frente y había vuelto a casa. Además seguían compartiendo todo lo que tenían a pesar de que ya no recibían la asignación oficial . Al finalizar la contienda, en Baviera se derrocó a la monarquía y se proclamó la república, con Kurt Eisner al frente de la misma como presidente. Pertenecía al partido socialista y era un gran admirador de la labor que realizaba la infanta con los niños en el Pädagogium.

Kurt Eisner fotografiado por Robert Sennecke en 1919, ©Wikipedia

Aunque no se les quitó la propiedad de Nymphenburg, el matrimonio decidió abandonarlo antes de que otros les echaran. Fueron a vivir a un piso a la plaza Odeón de Munich. Tanto Pilar como Adalberto, que había dejado el ejército, se matricularon en la universidad para estudiar historia del arte. Adalberto se doctoró y publicó posteriormente una serie de libros históricos incluídos algunos sobre su propia familia.

La Liga por la Paz

En 1919 Adalberto se casó con la condesa Augusta Seefried. Luis Fernando comenzó a ejercer la medicina privada. Con el tiempo se le conocería como el médico de los pobres. La infanta Paz militó en la Liga Mundial por la Paz de las Madres y Educadoras. Asistía a congresos y publicaba frecuentemente escritos en la prensa tanto en España como en Alemania. Las militantes pertenecían a los más distintos partidos políticos, lo que nunca fue óbice para que la infanta se llevara bien con todos aquellos cuyo objetivo final era lograr la paz. En 1922 la infanta asistió al Congreso Eucarístico en Roma y publicó sus experiencias en un pequeño libro, Roma. También participó en todas aquellas reuniones por la paz que se celebraron en Friburgo, Londres o París.

Acogió a una niña gitana española, Flora, que era explotada en un circo. La crió como uno más de la familia y estuvo con ellos hasta que, años después, se casó con un chileno.

En 1923 les permitieron volver a vivir en Nymphenburg cosa que hicieron, aunque ahora la vivienda era compartida con otras familias.

La familia realizó varios viajes a España en los que la infanta era siempre recibida con mucho cariño por el pueblo.

Alfonso XIII abandonó España en 1931, proclamándose la Segunda República. El hijo de la infanta Paz, Fernando, junto con su mujer y sus hijos se fue al sur de Francia. El rey Alfonso XIII le concedió el título de duque de Cádiz.

La infanta escribió un libro sobre Alfonso XIII conjuntamente con el historiador inglés Desmond Chapman-Houston.

En 1920 , Eisner murió asesinado y el gobierno estaba en manos de un Consejo Central. Se terminó el apoyo a la labor del Pädagogium que tuvo que cerrar. Según la infanta, parece ser que no gustaba el que hubiera niños extranjeros sentados en los bancos de colegios alemanes. Optó por enviarlos a casa. Aun así seguía pensando que el sistema educativo alemán era el mejor.

Ya siendo abuela, viajó con bastante frecuencia a España.

Segunda Guerra Mundial

Se acercaban días negros por el horizonte. Los nazis estaban alcanzando cada vez más poder y uno de sus centros neurálgicos era Munich. De hecho incluso publicaron que la Liga Internacional de Mujeres debía ser exterminada. Llamaban a las mujeres que la constituían, histéricas por pedir la paz. Evidentemente también las atacaron por contar con mujeres judías entre sus filas. Con el tiempo la Gestapo fue a casa de la infanta a registrarla. Se les prohibió mantener correspondencia con España. Solamente podían escribir a Alfonso XIII en el exilio, aunque todas sus cartas fueron abiertas y leídas.

Detrás: Pilar, el nieto José, Adalberto, Fernando, el nieto Luis Alfonso. Sentados: Augusta Seefried, mujer de Adalberto, Luis Fernando y Paz, María Luisa, mujer de Fernando y la nieta Mercedes. En el suelo: los nietos Alejandro y Constantino

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial los hijos de Paz acudieron a sus destinos como militares. Sin embargo en el 1941 volvieron a casa ya que Hitler había creado una ley que prohibía a los miembros de las antiguas casas reales alemanes a participar en cualquier acción militar. La infanta utilizó sus contactos para liberar a algunos judíos, homosexuales, etc. Muchos nombres le eran enviados por su sobrino Luis, el hijo de Eulalia, que era miembro de la Resistencia en Francia.

En 1946 la infanta Paz, ya bastante debilitada, cayó por la escalera de su casa. Murió horas después. Tenía ochenta y cuatro años. Su féretro fue llevado a hombros por un grupo de republicanos españoles. Fue enterrada en la cripta de la iglesia de San Miguel. Entre los ramos de flores que habían sido enviados, había uno de un grupo de anarquistas españoles. Su marido murió en el año 1949. Está enterrado a su lado.

La infanta Paz hizo honor a su nombre. Fue una mujer amable con todos, sin prejuicios, sencilla y con una gran empatía. Tuvo una gran preocupación que dejó escrita en uno de sus artículos:

¿Por qué no pueden vivir en paz los hijos de Dios?

Fuente: Álvarez, María Teresa, ‘La infanta Paz de Borbón’, La esfera de los libros, 2015

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