Rocío Palencia Haro, madrileña, profesora de danza y dueña de una academia de baile es un ejemplo de la mujer emprendedora a la que no amilanan los problemas.
MYyC: ¿Cuándo empezó tu afición por el baile?
RPH: No tengo muchos recuerdos de mi infancia, pero el día que mis padres me llevaron a la escuela de baile lo recuerdo perfetamente. Tendría unos 4 años y fui con mi hermana mayor. Salí encantada y ya no paré de bailar. La verdad es que fue gracias a mis padres que también son dos muy buenos aficionados. Pasé por varias academias, preparé el examen para entrar en el Conservatorio donde, finalmente, hice la carrera.
MVyC: ¿Cómo fue la experiencia en el Conservatorio?
RPH: Es una carrera muy dura. Ahora son siete años. En mi época eran cinco, aunque los cursos 4º y 5º tenían tanta materia que realmente se convertían en dos años por curso. Es una pena que no se conozca todo el trabajo que hay detrás de un bailarín. No se valora. Son cinco horas de ejercicios todos los días, comes como puedes, por la tarde a un instituto concertado donde van todos los que nos dedicamos al arte o al deporte. Vuelves a tu casa a las 10 de la noche y todavía tienes que hacer los deberes. Y así un día tras otro. Tiene que gustarte mucho lo que estás haciendo para aguantar ese ritmo.
Además la forma de enseñar en aquel entonces era muy estricta y con una motivación diríamos que ‘negativa’. Es decir, en vez de ánimos recibíamos críticas, ‘¿pero cómo haces eso?, ¡así no vas a bailar nunca!, muchos pensamientos negativos que al final te creías. Hubo compañeros que, de hecho, al terminar la carrera colgaron las zapatillas y no volvieron a bailar jamás. Yo no llegué a tanto, pero al salir del Conservatorio estuve año y medio sin bailar. También estudié ‘Administración y Gestión Pública’ aunque nunca me he presentado a unas oposiciones. Empecé a trabajar como administrativa, pero aquello no era lo mío. Seguía con el ‘gusanillo’ y empecé a tomar clases con Aída Gómez.
MVyC: ¿Estuviste en alguna compañia de danza profesional?
RPH: Si. Empecé a presentarme a audiciones y estuve con varias compañías en Italia, China, Egipto, Rumanía, Estonia, Letonia y también mucho en Portugal. En Madrid estuve varias temporadas con el ‘Ballet Flamenco de Madrid’. Fue una época buenísima de la que guardo un recuerdo maravilloso.
MVyC: ¿Dónde tuvistéis más éxito?
RPH: Yo recuerdo sobre todo China. En Pekin fue brutal. Durante una gira coincidimos con un encuentro internacional de danza de distintos países. Un evento de ese encuentro consistía en una especie de desfile por una de las principales calles. Ibamos en distintas carrozas. La gente agolpada a los lados de la calle y lo más llamativo: nos pasaban a los niños pequeños para que los abrazásemos…… ¡Como si fueramos los Reyes Magos!
También en Egipto gusta mucho la danza española. Desde luego yo no he visto tanto entusiasmo por nuestra danza en nuestro propio país. Una pena.
MVyC: ¿Qué prefieres: el flamenco o el ballet?
RPH: De hecho al principio no quise hacer la carrera porque estaba obligada a hacer danza clásica y no quería de ninguna manera. Luego, con el paso del tiempo, me he dado cuenta que es la base de todo y ahora te diría que me gustan por igual.
Luego tenemos también que distinguir entre flamenco y danza española. Las dos disciplinas tienen una gran riqueza. La danza española es muy elegante. Nace de la danza clásica. Podríamos decir que la parte inferior del cuerpo es ‘clásica’, mientras que la superior es ‘española’ con los movimientos, las castañuelas. Parece que se va conociendo un poco más. Hay ahora una sección, dentro de la danza española, que es la ‘escuela bolera’, muy poco conocida, y que es realmente preciosa.
El flamenco, por su parte, tiene muchos ‘palos’ con compase diferentes, ritmos y temas distintos. No me gustaría tener que prescindir de ninguno de los tres.
MVyC: ¿Quienes son tus referentes?
RPH: Tengo muchos, pero sobre todo Joaquín Cortés, Aída Gómez, Lola Greco.
MVyC: ¿Está reconocido el trabajo de bailarín?
RPH: Es triste decirlo, pero no. Se trabaja en muy malas condiciones. Por ejemplo en las compañias de danza los ensayos no se pagaban. Y en las escuelas me he encontrado muchos sitios donde no te hacían contrato o, si te lo hacían, te pagaban menos clases de las que dabas o te pagaban en ‘b’.
MVyC: ¿Cuándo comenzaste a dar clases?
RPH: Siempre compaginé mi trabajo en las distintas compañías con la docencia. Me encanta transmitir el conocimiento y ver cómo van evolucionando los alumnos. Estuve 14 años en una academia en la que daba clases todos los días. Prácticamente llevaba la escuela ya que los dueños no eran bailarines. Entonces comenzó a rondarme la idea de montar mi propia escuela, pero me parecía muy arriesgado a nivel económico porque de hacerlo lo quería hacer en condiciones. Pero a veces la vida te va marcando el camino. Me quedé embarazada y después de 14 años trabajando en la misma escuela…. pues no se portaron muy bien. Fue un golpe muy duro porque para mi eran casi como mi familia. Pero fue entonces cuando decidi dar el paso con la ayuda de mi familia.
MVyC: ¿Cuándo abriste esta academia?
RPH: Fue a finales del 2018. Tenemos cuatro salas, dos de 65m2 y dos de 75m2. Este local era antes una oficina asi que tuvimos que hacer una gran reforma para adaptarlo a lo que yo quería. Ya te dije que o lo hacía bien o nada. Todas las salas son diáfanas con un buen suelo para evitar lesiones.
MVyC: ¿Qué actividades ofrecéis?
RPH: Danza clásica, ballet, flamenco, bailes de salón, latinos, claqué, Bollywood y también yoga, pilates, zumba, hipopresivos. También bailes modernos para todas las edades, baile contemporáneo, en fin, una gran variedad. Somos un equipo de diez profesores y Laura que está en recepción y es mi mano derecha.
En esta época ha subido mucho la participación a actividades como el yoga. Durante las vacaciones ofrecemos también talleres para niños, clases magistrales, etc.
MVyC: ¿Tenéis más alumnas que alumnos, más niños que adultos?
RPH: Antes de la pandemia teníamos más o menos el mismo número de adultos que de niños, ahora el número de adultos ha bajado. Sigue dominando el mundo femenino en el baile aunque ya hay también niños que se incorporan al baile clásico y, sobre todo, moderno. Entre los adultos te diría que hay un hombre por cada cinco o seis mujeres.
MVyC: ¿Cómo habéis afrontado el golpe de la pandemia?
RPH: Ha sido, y es, una época muy dura. Incluso pensé que quizás debería cerrar la academia. Date cuenta que llevaba poco más de un año y nos hemos quedado prácticamente con una cuarta parte de alumnos. Pero gracias, otra vez, a mi familia he podido seguir adelante. Empezamos a hacer clases on line y ha sido una experiencia muy positiva. Muchos nos han agradecido el haberles ayudado durante el confinamiento. Evidentemente no es lo mismo que una clase en vivo, pero hay que adaptarse y nos ha enseñado otra forma de dar clase.
MVyC: En la academia ¿habéis tenido que hacer cambios?
RPH: Si, hemos introducido muchas medidas de seguridad: limpieza de calzado en la entrada, delimitación de espacios en las diferentes salas, gel en todas las zonas, todos siempre con mascarilla, las salas ventiladas, unas con ventanas y otras con un conducto de aire de extracción forzada que saca el aire del interior al exterior. Todas las clases tienen conexión y pantalla para poder hacer las clases en ‘streaming’. Así parte de los alumnos cuando han visto lo que hemos hecho han vuelto al ver la seguridad que hay, otros han preferido seguir con las clases on line.
MVyC: Y mirando ya hacia el futuro, ¿qué planes tienes?
RPH: Estoy abierta a todo. Ahora vamos a incluir, dentro de baile moderno, la disciplina de ‘k-pop’. Intentamos estar siempre al día en lo que referente a actividades que ofrecer.
Además tengo un empeño personal en que mis alumnos puedan realizar los estudios profesionales. Es una pena que alumnos que están en la escuela diez o doce años al final no puedan contar con un titulo que avale esos estudios. Antes había la posibilidad de hacer la carrera en el Conservatorio o presentarse a los exámenes por libre. Con la LOGSE se quitaron los exámenes por libre y, no nos engañemos, hay pocas plazas para nuevos alumnos en el Conservatorio. APDE, la asociación de profesionales de la danza, creó un plan de estudios que en su día fue aprobado por el Ministerio, de forma que las escuelas privadas también pueden ofrecer el título oficial de danza. Anualmente los alumnos de las distintas academias, según su curso, se presentan a un exámen ante un tribunal de APDE. Pueden realizar los estudios de danza clásica, danza española o flamenco y el título final que obtienen está reconocido por el Ministerio. Quiero implantar este sistema en la academia y ya estamos creando los distintos grupos.
Como veís Rocío es un alma inquieta, tremendamente positiva y con grandes planes para el futuro. Le auguramos mucho éxito y esperamos que pronto vuelva a tener la academia llena de alumnos. Si queréis saber más, aquí os dejo el enlace a su página: www.rociopalencia.es.