enero, 2015
El Museo del Ejército en Toledo rindió homenaje en el año 2015 ,en el bicentenario de su nacimiento, al General Prim con una exposición conmemorativa que revisó toda su vida.
En la muestra, que tardó dos años en realizarse, se contó con la colaboración de diversas entidades, entre ellas el Museo de Historia de Barcelona, el Archivo General Militar o la Biblioteca Nacional. La exposición fue comisariada por José Federico Fernandez del Barrio, coronel jefe de la Secretaria General del Museo del Ejército.
Cabe destacar que entre las piezas que pudimos ver había varios documentos inéditos.
Para el coronel Fernández del Barrio, el General Prim era un personaje complejo, sobre el que ha las más diversas teorías. Como militar habría que destacar su valor y como político su perseverancia para que brillaran sus ideas. Fue un político avanzado en su tiempo, hecho que al final le costaría la vida. Sobre sus ideas se cimenta la España moderna. Conceptos como federalismo, populismo o conservador se acuñaron en aquella época y definen las corrientes políticas de hoy.
La exposición se dividió en varias secciones.
El Entorno
La primera de ellas se centraba en el entorno y las circunstancias particulares de Prim. Su nacimiento en una familia ‘venida a menos’, la relación con su madre, los brotes anticlericales (actuaciones de ‘Fray Puñal’ defendiendo el absolutismo) marcaron al joven Prim que pronto se vió como cabeza de familia tras la muerte de su padre.
En esta sección destacaba un plano de la ciudad de Reus realizado por Martín Cermeño (1700-1773). A Cermeño se le debe la creación de los cuarteles militares, el primero de los cuales se realizó en Reus y que después se implantaría en el resto de España.
En esta sección estaba ya lo que sería el futuro Prim político. Desde muy joven Prim reconoció la importancia del manejo de la imagen pública. Como muestra cabe mencionar que al ser mas bien bajo, siempre procuraba mostrarse, tanto en fotografías como en retratos, sin referencias que pudieran destacar este hecho. Daba gran importancia a la higiene personal. Le gustaba el juego y la caza. Entre las armas expuestas en esta sección había un Winchester que perteneció a Sagasta y que podría haber utilizado cuando cazaba en la finca de Prim.
Entre los documentos estaba el escrito en el que la reina Isabel II delegaba el papel de madrina en la boda de Prim en la suegra de éste.
Prim el Soldado
Prim saltó a la fama en la Primera Guerra Carlista, aunque sólo estuvo en la zona catalana. No participó en ninguna gran batalla, pero supo destacar. Las armas que se utilizaron en este enfrentamiento fueron las mismas de la Guerra de Independencia.
La primera acción bien documentada de Prim se produjo en San Feliu de Saserra por la que sería condecorado en 1837. Tras el asalto a Solsona fue nombrado comandante. Prim consiguió que cada acción militar se convirtiera en un ascenso en su carrera militar. En 3 años pasó de soldado raso a coronel.
En la hoja de servicios de Prim vemos cómo la fecha de nacimiento es el 12 de diciembre de 1814 y no el 6, fecha habitualmente citada.
Prim, el soldado y político
Contando ya con gran popularidad en Cataluña, Prim decidió iniciar su carrera política presentándose a diputado por Tarragona, elección que ganó. Fue una forma más de aumentar tanto su status social como económico. Todavía tenía mucho que aprender y muestra de ello es el expediente que relata su enfrentamiento ‘a palos’ con un periodista.
Prim, al igual que Espartero, era progresista, pero Espartero mostró una tendencia autoritaria en su forma de gobierno. Desde un principio Prim resultó un político controvertido e incluso molesto para su correligionarios.
En 1842 se originó una revuelta en Barcelona por motivos arancelarios relacionados con el textil. Espartero mandó bombardear Barcelona desde Montjuich, símbolo de la represión. Prim manifestó su oposición a esta acción en el ‘Pronunciamiento de Reus’, y aunque inicialmente no tuvo grandes apoyos, poco a poco se fueron sumando fuerzas y Espartero fue depuesto como regente.
El General Serrano ocuparía su lugar. Llegaría entonces la época de los moderados con Narváez al frente.
La ‘Conjura de los trabucos‘ para derrocar a Narváez fracasó y se acusó a Prim de estar involucrado, hecho que él negó. Se le condenó a muerte. En la exposición estaba el documento condenándole a prisión y también el del perdón otorgado con posterioridad.
En 1847 Prim estaba en Puerto Rico y ayudó a los daneses en un levantamiento de los esclavos.
En 1853 viajó a Crimea como observador y asesor del sultán turco. De este viaje queda un informe en el que Prim informa sobre la Guerra de Crimea.
Terminado el decenio moderado llegamos a la ‘Vicalvarada‘ en 1854 con la sublevación de Espartero y O’Donnell. Espartero sería presidente del gobierno, pero O’Donnell era realmente el ‘cerebro en la sombra’. Entre los documentos más conocidos relativos a este acontecimiento está el ‘Manifiesto de Manzanares, pero en la muestra también estaba el ‘Manifiesto de Aranjuez‘ firmado por O’Donnell.
Aunque gobernaba el grupo político afín a Prim, éste no llegó a ‘encajar’ y terminó destinado en Granada.
Propuso la realización de un plano de Melilla lo que le sirvió de excusa para salir con toda la guarnición provocando un combate. De hecho, el mapa se realizó durante los combates. Prim fue nombrado teniente general.
Otro de los puntos álgidos en la trayectoria de Prim sería la Guerra de Marruecos, guerra apoyada por el pueblo español que estaba decidido a salvar el honor de España y la reina. La política de O’Donnell fue artífice de esta unión de los españoles. Prim estaba al frente de una división de reserva. El escritor Pedro Antonio de Alarcón fue corresponsal de guerra y estuvo en todos los combates dejando constancia de los hechos acaecidos en un libro publicado con posterioridad. El ejército español era superior al marroquí en infantería, pero inferior en caballería. Los marroquíes tenían artillería, pero no sabían usarla en condiciones. En esta guerra apareció por primera vez como parte activa la guardia civil que actuaba como policía militar.
La guardia civil de caballería hacía las funciones de escolta. Debido a una mala planificación logística murieron más soldados por el cólera que por la propia guerra. Hubo cerca de 32.000 enfermos, consecuencia de malas condiciones sanitarias.
Prim con su batallón protegía a los zapadores que iban mejorando los caminos. Batallas fundamentales fueron la de Tetuán, Wad-Ras y Castillejos. En la exposición estaba la bandera del 2º batallón del regimiento de Córdoba que enarboló Prim. Sería realmente el general Zabala quien remató la acción de Castillejos. La artillería ganada a los marroquíes sería después fundida para realizar las esculturas de los leones que se encuentran delante del Congreso de los Diputados.
Prim, el político y soldado
En esta sección encontramos piezas relativas a la estancia de Prim en Méjico que tanta controversia produjo, quedando finalmente demostrada la correcta actuación del general.
Prim pretendía una alternancia política, pero Isabel II prefería a los moderados, de forma que Prim fue de alguna forma bloqueado. Intentó una sublevación que fracasó. Fue perseguido por el gobierno mientras su imagen de héroe romántico iba creciendo día a día. Mientras no encontraba apoyos entre los políticos, sí era muy admirado por el pueblo.
Fomentó, aunque no participó en el levantamiento del Cuartel de San Gil que fracasó. Fue el primer levantamiento que pretendía, no un cambio de gobierno, sino derrocar a la monarquía. Las muertes de O’Donnell y Narváez dejaron libre el camino para la revolución conocida como ‘La Gloriosa‘ que acabó con el reinado de Isabel II.
En la exposición había una maqueta de la fragata Villa de Madrid con la que Prim fue viajando por la costa sublevando las distintas ciudades. Sería finalmente en la batalla de Alcolea en la que serían derrotados los seguidores de la reina.
Prim, el presidente
En la muestra estaba el nombramiento provisional de Prim como ministro de la Guerra firmado por el General Serrano. La revolución perseguía una monarquía parlamentaria .
El Gobierno provisional convocó elecciones para unas cortes constituyentes que darían su fruto en la Constitución de 1869. Era una constitución con ideas completamente nuevas en la que quedan reflejados los derechos y libertades de los ciudadanos.
Tras la búsqueda de un nuevo rey para España, por fin Amadeo de Saboya aceptó el nombramiento. El acta de aceptación estaba en la exhibición, además de múltiples cartas y documentos de Prim relativos a la búsqueda del nuevo rey.
También estaba la levita y el gabán que llevaba en el momento en que su berlina fue acribillada a balazos.
Hay que resaltar cómo se presentaba a Prim solamente en base a documentación fehaciente dejando de lado las leyendas. Habia toda una serie de espadas con empuñaduras de gran valor que pertenecieron a los grandes’espadones’ del siglo XIX, condecoraciones, ropas, monedas, etc. Todo un conjunto para comprender algo mejor al complejo personaje del General Prim.
Queremos agradecer expresamente la amabilidad y ayuda prestadas tanto por el capitán Ricardo Miró como por el coronel José Federico Fernández del Barrio en la elaboración de este reportaje.
La exposición puede visitarse en el Museo del Ejército de Toledo (Alcázar de Toledo) hasta el próximo 12 de abril.
Fotografías: Rafael Castañeda Fotografía
Permiso dado por Isabel II para que Prim pudiese casarse y cesión del puesto de madrina a la suegra del mismo
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Juan Prim y Prats
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Francisca Agüero, esposa del General Prim
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Fusil de la I Guerra Carlista
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Bandera del Regimiento de Zamora bajo la que combatió Prim
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Diorama ‘El abrazo de Vergara’
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Hoja de servicios de Prim
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Condecoraciones del general Prim
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Testimonio del altercado entre Prim y un periodista
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Espada de corte de Narváez
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Informe del general Prim sobre la guerra de Crimea
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Manifiesto de Manzanares
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Fusil utilizado en la guerra de Marruecos
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Mapa de Melilla
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El General O’Donnell
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Sable del General Echagüe
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Material sanitario utilizado en Marruecos
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Detalle de ‘La Batalla de Tetúan’ de Sans y Cabot. A la derecha el General Prim
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Diorama: Artillería de montaña a lomo (s. XIX)
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‘Batalla de Tetuán’ de Estevan y Vicent
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A la izquierda escribanía con la que se firmó la paz de Wad-Ras, detrás pistola de chsipa de O’Donnell regalada por Muley El Abbas y a la derecha silla de montar de O’Donnell
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Busto de Francisco de Asís, rey consorte. Anónimo, 1849
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Juan Prim por Madrazo
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General Serrano de Juan Antonio Benlliure y Gil
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Amadeo de Saboya. Anónimo, 1871
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