Hasta el 31 de marzo 2024 podemos visitar esta exposición en el Museo Sorolla que sigue parte de los viajes de Joaquín Sorolla no sólo por España, sino también por otras partes del mundo. Se presentan un total de 87 obras, 54 de mediano y gran formato y 33 de pequeño formato.
Sorolla solía pintar al aire libre y así pasó por 54 localidades de España y 17 ciudades del extranjero. Evidentemente las influencias de estos viajes quedaron patentes en su pintura y también en su forma de ver la vida, en una visión cosmopolita del mundo, al tiempo que le convirtió en cronista de su época. En contraposición a sus cuadros para la Hispanic Society que mostraban a personajes típicos del país y sus costumbres, en esta exposición vemos paisajes y la naturaleza.
Comisarios de la exposición han sido Enrique Varela Agüi, director del museo, y Acacia Sánchez Domínguez, técnico del mismo.
La exposición se ha dividido en cinco partes:
- Sorolla, pintor plenairista: ya durante sus estudios en la Real Academia de San Carlos de Valencia, Sorolla empezó a pintar al aire libre (au plein air). Esto gracias a las influencias de su profesor, Gonzalo Salva Simbor, que le trasladó los principios establecidos por la escuela francesa de Barbizon. Los pintores reunidos alrededor de esta ciudad mostraban en sus pinturas realistas prácticamente sólo paisajes que pintaban del natural. Suelen ser considerados como precursores del impresionismo.
En 1885, con 22 años, Sorolla consiguió una beca de la Diputación de Valencia para estudiar en Roma. Aprovechó el viaje para conocer Florencia, Nápoles, Asís, Pisa y Venecia. También pasó por París, ciudad que posteriormente visitaría 18 veces más.
Evidentemente todo aquello que estudió y vió influyó decisivamente en su propio estilo. - Mediterráneo, un estudio al aire libre: Tras 4 años en el extranjero, Sorolla regresó a España. Su vivienda habitual estaba en Madrid pero viajó frecuentemente a Valencia donde pintaba incansablemente las playas valencianas y sus paisajes.
Intentaba captar en su pintura el movimiento del agua, de las nubes, de la luz, tan diferente según la horas del día. Pintó tanto cuadros pequeños que luego le servían para hacer obras de mayor tamaño, pero también grandes cuadros. En algunos de ellos hasta se han encontrado restos de arena mezclados con la pintura.
- El desafío del Cantábrico: Al pintar zonas del País Vasco y Asturias, Sorolla tuvo que cambiar su paleta de colores buscando tonos más grises y fríos. Le llamaron la atención los cambios meteorológicos, pasando de un mar embravecido a un tranquilo atardecer o de un cielo lluvioso a una suave brisa.
- Paisaje natural/Paisaje monumental: En esta sección podemos ver cuadros de la España rural, una España mas pobre con unos paisajes llenos de quietud reflejada en los valles.
Casi todos estos cuadros los realizó al mismo tiempo que pintaba el encargo de la Hispanic Society (1912-1919) y muestran la idea de la Institución Libre de Enseñanza de la fusión entre naturaleza y el espíritu de la nación.
- El jardín, paisaje interior: Después de su visita a La Granja de San Ildefonso en 1907 y, sobre todo, a la estancia en Granada y Sevilla el año siguiente, los cuadros de jardines se convirtieron en un nuevo género para Sorolla.
Los cuatro jardines de su caso son buena muestra de ello. Ahí pintó incansablemente diferentes obras mostrando la profunda belleza de la naturaleza.
La exposición puede visitar de martes a sábado de 09:30 a 20:00 horas; domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas.